Rusia pone fin al acuerdo de cereales con Ucrania

Rusia exige el cumplimiento de cinco condiciones, una de las cuales es la puesta en servicio del oleoducto de exportación de amoníaco Togliatti-Odessa

El acuerdo sobre cereales entre Rusia, Ucrania y Turquía ha durado casi un año. Este lunes, 17 de julio de 2023, pocas horas antes de que expirara oficialmente, Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la terminación del acuerdo.

"De facto, los acuerdos del Mar Negro ya no son vigentes. Como ha dicho antes el presidente de la Federación Rusa, expiran el 17 de julio. Desgraciadamente, la parte de estos Acuerdos del Mar Negro que concierne a Rusia no se ha aplicado hasta ahora. Por lo tanto, se pondrá fin a su validez", declaró Peskov. Según él, Moscú retomará inmediatamente el acuerdo en cuanto se cumpla lo acordado con Rusia.

El fin del acuerdo sobre cereales es un duro golpe para la economía ucraniana y puede provocar un aumento de los precios en el mercado mundial, lo que a su vez perjudicará a los países más pobres.

LA URGENCIA

La necesidad de un acuerdo surgió a raíz de la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022, así como de la ocupación rusa de los puertos ucranianos del mar de Azov y del bloqueo de los puertos del mar Negro. Eso privó a Ucrania, uno de los principales productores mundiales de productos agrícolas, de la posibilidad de exportar por mar. El resultado fue una fuerte subida de los precios de los alimentos en todo el mundo, que afectó, sobre todo, a los países pobres.

Aunque los acuerdos se cerraron en un mismo lugar, se trata de documentos diferentes, con partes y periodos de validez distintos. La retirada de Rusia del Acuerdo sobre Cereales se deriva de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, acordada en Estambul el 22 de julio de 2022.

Entre los firmantes figuran Rusia, Ucrania y Turquía, con el apoyo del Secretario General de la ONU. Rusia y Ucrania no firmaron ningún acuerdo conjunto, pero cada una de las partes firmó un documento por separado con Turquía y la ONU.

ACUSACIONES

Rusia exige el cumplimiento de cinco condiciones, una de las cuales es la puesta en servicio del oleoducto de exportación de amoníaco Togliatti-Odessa. Ese servicio se interrumpió al inicio de la invasión rusa de Ucrania. En junio se registró una explosión en dicho oleoducto, en la región de Járkov. Rusia acusó a Ucrania de sabotaje. Los otros reclamos rusos se refieren a las sanciones occidentales impuestas a causa de la guerra.

Rusia ya había suspendido el acuerdo sobre cereales durante varios días, a finales del otoño de 2022, acusando a Ucrania de utilizar el corredor de transporte para desplegar drones marítimos contra la península ucraniana de Crimea, anexionada por Rusia. El acuerdo se reanudó después de que, al parecer, Moscú recibiera garantías de Kiev de que esto no volvería a ocurrir.

Ucrania, por su parte, acusa a Rusia de retrasar deliberadamente el procedimiento de autorización en el centro de carga de Estambul, lo que ya ha provocado un fuerte descenso de los flujos de carga. Los observadores ucranianos creen que Rusia puede permitirse ahora retirarse del acuerdo porque, entre otras cosas, pronto finalizará la construcción de su propio oleoducto de amoníaco hasta el puerto de Tamán, en el lado ruso del estrecho de Kerch, entre el mar de Azov y el mar Negro, y también se están desarrollando nuevas rutas de exportación para el grano ruso, incluso a través de Irán.

Ucrania también está trabajando en rutas alternativas a lo largo del Danubio y por tierra, pero no puede sustituir totalmente la ruta marítima. Ello se debe a la limitada capacidad de transporte de la Unión Europea, especialmente por ferrocarril. Fuentes ucranianas calculan que pueden transportarse doce millones de toneladas al año a través de la UE, mientras que Ucrania puede exportar hasta siete millones de toneladas en un mes.