El gobierno de Estados Unidos anunció este martes que ha decidido sacar a Cuba de su lista de países patrocinadores del terrorismo, una medida que refleja un cambio significativo en la política exterior estadounidense hacia la isla.
Esta decisión marca un punto de inflexión en las relaciones bilaterales, que han estado marcadas por décadas de tensiones y sanciones.
La salida de Cuba de esta lista fue una de las acciones que el gobierno de Joe Biden tomó en su esfuerzo por modificar algunas de las políticas implementadas por la administración de Donald Trump, especialmente en lo que respecta a Cuba.
Funcionarios del gobierno federal, quienes solicitaron permanecer en el anonimato, indicaron que, como parte de este proceso, "muchas decenas" de prisioneros políticos y otros individuos que Estados Unidos considera detenidos injustamente serán liberados antes del 20 de enero, fecha en la que Biden concluirá su mandato y Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia.
Esta liberación es vista por muchos como un paso hacia la normalización de las relaciones entre ambos países, aunque sigue siendo incierto qué impacto tendrá en el futuro, dado que el cambio de administración en Estados Unidos podría revertir algunas de estas decisiones.
En este sentido, la decisión de Biden podría ser anulada rápidamente si el republicano Donald Trump retoma la presidencia, como se espera, el 20 de enero.
Además, Marco Rubio, quien será nombrado secretario de Estado en la nueva administración republicana, ha sido un firme defensor de las sanciones económicas contra Cuba.
Rubio, cuyo vínculo personal con la isla es profundo debido a que su familia emigró desde Cuba en los años 50, ha mantenido una postura crítica respecto al gobierno cubano y a menudo ha abogado por políticas más severas hacia La Habana.
Durante las audiencias de confirmación en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Rubio probablemente subrayará sus raíces cubanas y su visión sobre la política hacia la isla, lo que podría influir en las decisiones que se tomen en los primeros días del nuevo gobierno.
Este cambio de postura de Biden también tiene su contexto en el reciente pasado político de Estados Unidos.
En los últimos días de la administración Trump, en enero de 2021, la Casa Blanca reinstauró la designación de Cuba como país patrocinador del terrorismo, una decisión que había sido revertida durante la administración del presidente Barack Obama.
La Casa Blanca de Trump justificó su acción señalando el apoyo de Cuba al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, la negativa de La Habana a extraditar a rebeldes colombianos y el hecho de que Cuba sigue albergando a estadounidenses buscados por la justicia.