Resurgen protestas en Israel tras rehenes muertos

Los demás rehenes fueron identificados como Ori Danino, Eden Yerushalmi, Almog Sarusi, Alexander Lobanov y Carmel Gat.

Decenas de miles de israelíes salieron a las calles el domingo por la noche, afligidos y enojados tras el hallazgo de otros seis rehenes muertos en Gaza.

Coreando "¡ahora! ¡ahora!", los manifestantes exigieron al primer ministro Benjamín Netanyahu que alcanzara un cese del fuego con Hamás para traer de vuelta a los rehenes restantes a Israel. 

Por lo que la protesta, ha sido la mayor desde los 11 meses de guerra, reflejó un posible punto de inflexión en un país profundamente dividido.

El sindicato más grande de Israel, la Histadrut, incrementó la presión sobre el gobierno al convocar una huelga general para el lunes. 

La huelga busca paralizar sectores clave de la economía, como la banca, los servicios de salud y el principal aeropuerto del país.

Mientras tanto, las negociaciones para un cese del fuego continúan estancadas, y muchos culpan a Netanyahu por la falta de un acuerdo.

La indignación creció el domingo por la noche, cuando miles de personas se congregaron ante la oficina de Netanyahu en Jerusalén y familiares de los rehenes desfilaron en Tel Aviv con ataúdes simbólicos.

"Verdaderamente pensamos que el gobierno está tomando estas decisiones para protegerse a sí mismo y no para salvar la vida de los rehenes", declaró Shlomit Hacohen, una residente de Tel Aviv

La frustración aumentó al saberse que tres de los seis rehenes muertos iban a ser liberados en una propuesta de cese del fuego debatida en julio.

El ejército israelí informó que los seis rehenes fueron asesinados poco antes de que las fuerzas israelíes lograran llegar para rescatarlos. 

Entre los rehenes se encontraba Hersh Goldberg-Polin, un israelí-estadounidense de 23 años, quien había sido capturado durante el ataque inicial de Hamás

Los demás rehenes fueron identificados como Ori Danino, Eden Yerushalmi, Almog Sarusi, Alexander Lobanov y Carmel Gat.

Hamás ha culpado a Israel del estancamiento en las negociaciones, afirmando que los rehenes estarían vivos si el gobierno de Netanyahu hubiera aceptado una propuesta de cese del fuego en julio. 

Mientras se celebraban los funerales, la indignación en Israel seguía creciendo, aumentando la presión sobre el primer ministro, quien ha prometido continuar la guerra hasta la destrucción de Hamás.

Altos funcionarios de seguridad israelíes han señalado que la presión sobre Hamás podría crear condiciones favorables para un acuerdo de cese del fuego, pero los críticos acusan a Netanyahu de anteponer sus intereses personales sobre los rehenes.