El viernes, la catedral de Notre Dame de París desveló su renovado esplendor, a tan solo ocho días de su esperada reapertura, tras haber sido devastada por un incendio en 2019.
Durante una visita oficial, el presidente francés, Emmanuel Macron, felicitó a los equipos de restauración por su trabajo, destacando que lo parecía que una misión imposible se había logrado.
"Es sublime", celebró el mandatario al recorrer el monumento gótico, cuya reconstrucción ha generado tanto entusiasmo como escepticismo desde el inicio del proyecto.
El 15 de abril de 2019, las llamas consumieron una de las joyas más emblemáticas de la humanidad, dejando una profunda herida en el pueblo francés.
La catedral, que ha sido Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco, sufrió daños irreparables, entre ellos la caída de su famosa aguja, reconstruida idénticamente después del incendio.
Macron había prometido entonces una reapertura en un plazo de cinco año.
El viernes, los medios internacionales tuvieron la oportunidad de ver una catedral "mucho más acogedora", como señaló Macron, gracias a la limpieza de décadas de suciedad acumulada en sus piedras.
Las imágenes transmitidas muestran una catedral restaurada, pero el público deberá esperar aún unos días para poder visitarla.
La apertura oficial está programada para el 7 y 8 de diciembre, cuando se llevarán a cabo las ceremonias religiosas y laicas de reapertura.
Macron aseguró que el incendio de Notre Dame fue una "herida nacional" que se ha sanado gracias al esfuerzo de los 1.300 trabajadores involucrados. "Ustedes contribuyeron a curar esta herida con su determinación y compromiso", expresó Macron a los restauradores.
Además de las intervenciones de los trabajadores, Macron rindió homenaje a los mecenas que financiaron la restauración, que ha costado unos 700 millones de euros (740 millones de dólares) y se ha cubierto exclusivamente con donaciones.