Bagdad, Irak.- El vocero del Comando de Operaciones Conjuntas de Irak, Tahsin al-Khafaji, informó este día que, tras el ataque a una base estadounidense, hay cinco heridos: “tres miembros de la coalición y dos integrantes de la Defensa Aérea iraquí, reportados en estado crítico”.
El Ejército de Irak comunicó que con éste ya son 23 las agresiones a instalaciones iraquíes desde octubre pasado.
En dichos puntos están destacadas tropas y diplomáticos estadounidenses; el vocero apuntó que esta es la segunra agresión a la base de Taji en menos de una semana; en el primer ataque murieron dos efectivos estadounidenses y un británico.
Medios locales reportaron que la agresión previa -tres días antes- es una de "las más letales perpetradas contra una base iraquí en años”.
Por lo anterior, Estados Unidos lanzó este viernes un ataque aéreo a un depósito de armas utilizado por Kataeb Hezbollah.
Durante la mañana de este sábado, 33 cohetes Katyusha impactaron el campamento de Taji -norte de Bagdad- que acuartela tropas de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos.
El Comando de Operaciones Conjuntas re-veló detalles del ataque con misiles al campamento de Taji, al norte de esta capital, registrado horas antes.
“A las 11:00 del sábado (8:00 GMT) 14 de marzo, el campamento de Taji fue expuesto a otra agresión con 33 cohetes Katyusha sobre unidades de defensa aérea iraquíes y cerca de la misión de la coalición internacional”, afirma un comunicado obtenido por el sitio árabe Rudaw.
“Nuestras fuerzas encontraron siete plataformas, desde las cuales se dispararon cohetes y se encontraron otros 24 misiles listos para ser disparados”, aunque en horas previas se mencionó el impacto de 10 cohetes.
El comando pidió que cualquier respuesta estadounidense o de otros aliados debe ser tomada con la “aprobación del gobierno iraquí y el comandante de las fuerzas armadas”, además de requerir la revisión sobre el tema en la Cámara de Representantes de Irak.
Este fue el segundo ataque en la semana, después de que uno similar matara a tres soldados de la coalición, dos ciudadanos estadounidenses y uno británico, el 11 de marzo.
La respuesta a este fue una ofensiva de Washington contra una base militar chiita, respaldada por Irán, donde se abatieron a tres soldados, dos policías y un civil.
El comando iraquí dijo que “este ataque, que afectó connacionales iraquíes, viola el principio de asociación y alianza entre las fuerzas de seguridad nacionales y las partes que planearon” y lo calificaron como un “ataque traicionero”.