El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estimó este jueves que al menos 190 niños han muerto y otros 1.700 han resultado heridos en Sudán desde que estalló el conflicto hace casi tres semanas.
"Aunque no podemos confirmar las estimaciones debido a la intensidad de la violencia, Unicef ha recibido informes de que 190 niños han muerto y otros 1,700 han resultado heridos en Sudán desde que estalló el conflicto hace casi tres semanas. Por el bien de los niños y niñas de Sudán, la violencia debe cesar", dijo la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, en un comunicado.
Según el último recuento del Ministerio de Salud sudanés, al menos 550 civiles han muerto y casi 5,000 han resultado heridos desde el inicio del conflicto entre el Ejército sudanés y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
"La situación en Sudán se tambalea hacia la catástrofe y los niños están cada vez más atrapados en el fuego cruzado", afirmó la responsable de la agencia de la ONU, que llamó a las partes enfrentadas a cumplir con sus "obligaciones legales" y garantizar que "los niños no queden atrapados en la línea de fuego".
"Los niños llevan casi tres semanas viviendo en medio de una violencia aterradora e innumerables familias se han puesto a salvo en Sudán y más allá de sus fronteras. Los trabajadores humanitarios también han sido atacados, mientras que las instalaciones, vehículos y suministros humanitarios -incluidos los de UNICEF- han sido saqueados o destruidos", declaró.
Por esta serie de ataques, de los que Unicef no apuntó quiénes son los autores, se está socavando la capacidad del organismo de llegar a los niños en todo el país, señala la nota.
"Pedimos importaciones ilimitadas, sin obstáculos e ininterrumpidas de suministros humanitarios y comerciales esenciales, incluidos alimentos y combustible, por mar, aire y carretera, independientemente de quién controle estas zonas", apuntó Russell.
La ayuda humanitaria está llegando a Sudán a cuentagotas, únicamente por Port Sudan, ciudad en el este del país y considerada la zona más segura del país africano.
La ONU busca garantías de seguridad para repartir ayuda humanitaria después de que varias agencias sufrieran continuos saqueos, en un momento en el que el país sufre una catástrofe al estar completamente paralizado y con unas instalaciones sanitarias prácticamente colapsadas