El primer ministro de Portugal, Antonio Costa, dimitió este inicio de semana debido a la investigación por corrupción y tráfico de influencias que se le está haciendo.
Fue el Ministerio Público de Portugal el encargado de anunciar que se estaba investigando a Costa y a otros integrantes del gabinete por presuntos crímenes en un caso vinculado con el negocio de litio e hidrógeno.
Pese a los cargos de los que se le acusa, Costa ha negado los crímenes categóricamente, sin embargo, optó por dejar el puesto, subrayando que el cargo no puede realizarse en esta situación, pues no se puede relacionar con "la sospecha de la práctica de cualquier acto criminal".
"En estas circunstancias, obviamente presenté mi dimisión a su excelencia, el presidente de la República", declaró a través de una sesión transmitida por televisión.
Sin embargo, el ex-PM se dijo sorprendido por la investigación y el proceso criminal en su contra, no obstante, aseguró que estará "completamente disponible" para la realización del debido proceso, pese haber negado las acusaciones.
La investigación se centra en concesiones de explotación de litio en dos mímicas principales: Romano y Barroso, ubicadas al norte del país lusitano, junto a un proyecto de la central de producción de energía a partir del uso de hidrógeno, en la entidad de Sines.
Por tanto, la fiscalía emitió ordenes de aprehensión en contra del jefe del gabinete de Costa, el alcalde de Sines y dos integrantes de la sociedad "Start Campus", así como un abogado ubicado dentro del caso.
Los acusados serán interrogados por la justicia para esclarecer la situación.
Luego de su renuncia, será el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, el encargado de decidir qué pasará después, pues tiene la facultad de llamar a elecciones si lo considera necesario.