Roma, Italia.- El papa Francisco ha renovado su gabinete de cardenales asesores de todo el mundo, designado un puñado de nuevos miembros y confirmado a otros para ayudarle a gobernar la Iglesia.
Francisco creó el Consejo de Cardenales en el primer mes de su pontificado, el 13 de abril de 2013, con el objetivo inicial de asesorarlo sobre la reforma de la burocracia vaticana. Tras casi una década de consultas, el papa emitió un nuevo plan para la burocracia vaticana el año pasado.
Sin embargo, el papa jesuita evidentemente apreciaba la oportunidad de consultar regularmente a un pequeño número de cardenales escogidos por él, que representaban la iglesia en cada continente, y decidió conservar el gabinete, aunque con algunos miembros nuevos.
Dos son jerarcas importantes de la Santa Sede: el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, y el jefe de la Ciudad Estado del Vaticano, cardenal Fernando Vergez.
Los miembros confirmados esta vez son los cardenales Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, Congo; Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai, India, y Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston.
Los cardenales nuevos son Juan José Omella Omella, arzobispo de Barcelona; Gérald C. Lacroix, arzobispo de Quebec; Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo, y Sérgio da Rocha, arzobispo de São Salvador da Bahia, Brasil.
Las reuniones de dos o tres días se realizan varias veces al año en el Vaticano. La próxima está prevista para el 24 de abril.
Las tareas principales de un cardenal son asesorar al papa y elegir a uno nuevo. En el pasado, los pontífices se reunían con los cardenales individualmente o en grandes reuniones ocasionales llamadas consistorios. La novedad del Consejo de Cardenales es que Francisco dio estatus formal a un grupo de consulta pequeño e íntimo con representantes de la iglesia global.