"Red mantenía control con violencia... en vía pública"

Los ocho, todos costarricenses, cayeron presos en octubre de 2021.

SAN JOSÉ, Costa Rica/EL UNIVERSAL.- Con matonismo y violencia, la familia Mora, Chavarría y Salgado dirigió una despiadada organización de venta de cocaína, marihuana y crack con cuatro filiales en Costa Rica. Limón, sector rural sobre el mar Caribe y clave del narcotráfico, albergó tres estaciones a distancias que oscilaron de 136 a 202 kilómetros al sureste de esta capital. En la zona urbana de Cartago, a 23 kilómetros al este de esta ciudad, operó otra sucursal. "Era una red familiar estructurada de vendedores y distribuidores de drogas que supuestamente operaban con violencia para así mantener el control", en una venta de droga "en plena vía pública", informó el Ministerio de Seguridad Pública. El líder fue un Chavarría, Ratola, de 35 años y con antecedentes por tentativa de homicidio, robos agravado, simple, de vehículo y con fuerza sobre las cosas. Patrona, de apellido Mora y de 28, tiene recuento por legitimación de capitales, y dos de sus parientes Chavarría, uno de 32 y con ficha por portación ilegal de arma permitida y otro de 28 y con pasado por almacenamiento de drogas, integraron el grupo. A la mafia se unieron dos hombres de 25, uno de 30 y uno de 55, con variedad de antecedentes por lesiones con arma de fuego, amenazas agravadas o a la autoridad, tenencia o transporte de drogas, robo agravado y hurto. Los ocho, todos costarricenses, cayeron presos en octubre de 2021.

ESCOLARES

La familia Rocha, Pérez, Chavarría y Arana instaló una peligrosa venta de cocaína, marihuana y crack en el entorno de una escuela primaria en la ciudad de Alajuela, a unos 20 kilómetros al noroeste de esta capital. De 34 años, con antecedentes por agresión con armas y violación de domicilio, una mujer de apellido Rocha comandó la red en la que insertó a su hijo, de 18 y sin historial criminal, y a su hermano, de 34, con récord por robo agravado, agresión con arma, portación ilegal de arma permitid, posesión de drogas, sustancias o productos prohibidos y desobediencia. A los tres y a un operador, de apellido Guzmán y con registro por transporte de drogas, robo agravado o con violencia sobre las personas, tenencia de drogas y delitos contra la propiedad, y todos costarricenses, se les capturó en octubre anterior. El expendio de alucinógenos ocurrió las 24 horas del día, todos los días, y causó un aumento de robos y de consumo de drogas, con frecuentes choques con armas de fuego entre vendedores que llegaban al sitio a apoderarse "del punto de venta de droga", informó Seguridad Pública.