La jueza Cynthia Kern del tribunal de apelaciones de Nueva York rechazó el intento más reciente del expresidente Donald Trump de posponer su juicio penal relacionado con pagos destinados a ocultar información, a pesar de enfrentar una orden de silencio. A menos que haya nuevas acciones judiciales, esta decisión allana el camino para que la selección del jurado comience la próxima semana.
Este fallo representa otra derrota para Trump, quien ha intentado en varias ocasiones retrasar el juicio. Los abogados del expresidente buscaban aplazar el proceso hasta que un panel completo de jueces del tribunal de apelaciones pudiera considerar sus argumentos para retirar o modificar la orden de silencio que prohíbe a Trump hacer declaraciones públicas sobre los miembros del jurado, los testigos y otras personas relacionadas con el caso.
Los abogados de Trump argumentan que la orden de silencio es inconstitucional ya que restringe sus derechos de libertad de expresión mientras está en campaña presidencial y enfrenta cargos penales. El letrado Emil Bove afirmó en una audiencia de emergencia que los daños a la Primera Enmienda derivados de esta orden son irreparables.
Por su parte, Steven Wu, jefe de apelaciones de la fiscalía de Manhattan, destacó el interés público en proteger la integridad del juicio, subrayando que el caso no se trata de un debate político, sino de insultos dirigidos a personas involucradas en el proceso judicial.
La orden de silencio fue emitida el mes pasado por el juez Juan M. Merchan a solicitud de los fiscales de Manhattan, quienes citaron el historial de Trump de hacer comentarios públicos incendiarios sobre personas relacionadas con sus casos judiciales. Esta orden se extendió la semana pasada para incluir comentarios sobre la familia del juez, después de que Trump atacara a la hija del juez en redes sociales.
Este último fallo se suma a otro revés para los abogados de Trump en el tribunal de apelaciones, donde la jueza asociada Lizbeth González rechazó la solicitud de posponer el juicio mientras el expresidente intenta trasladar el caso fuera de Manhattan.
El caso se centra en acusaciones de falsificación de documentos internos de la compañía de Trump para ocultar los motivos reales de los pagos realizados a su exabogado Michael Cohen, quien pagó 130, 000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels durante la campaña presidencial de 2016 para suprimir informes de una relación extramatrimonial con Trump.