Varios miembros de la mayor coalición opositora de Venezuela, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), rechazaron la elección de 30,000 "jueces de paz", promovida por el Gobierno del presidente Nicolás Maduro el domingo.
La elección se tomó con el objetivo de establecer "la armonía" en los "circuitos comunales" del país, pero los opositores consideran que se trata de una maniobra del chavismo para consolidar su control sobre las comunidades y perseguir a la disidencia.
El exdiputado Juan Pablo Guanipa calificó la elección como una "nueva farsa" del régimen de Maduro.
Según Guanipa, este proceso está diseñado para nombrar "comités de defensa de la mal llamada revolución" y utilizar a los jueces de paz como una herramienta para "controlar y perseguir a quien no esté de acuerdo con este régimen".
Además, el dirigente opositor reafirmó que los venezolanos seguirán luchando por lo que consideran un verdadero triunfo, haciendo referencia a la victoria que el PUD reivindica para su candidato, Edmundo González Urrutia, en las elecciones presidenciales del 28 de julio, que fueron ampliamente cuestionadas.
Por su parte, el exgobernador Andrés Velásquez también criticó la iniciativa, calificándola como un intento desesperado del oficialismo para desviar la atención de las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Velásquez tildó la elección de jueces de paz como una "caricatura de control partidista" y subrayó que la página de esas elecciones no se pasará, reafirmando su apoyo a González Urrutia, quien se encuentra exiliado en España desde septiembre.
En los cómicios del domingo, las autoridades anunciaron que 30 mil jueces de paz fueron elegidos entre 52.288 candidatos.
De estos, la mitad ocuparán cargos principales y el resto serán suplentes.
Según el Gobierno, los elegidos recibirán "entrenamiento especializado" a partir de los próximos meses en la Escuela de la Magistratura del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).