Aunque con cifras diferentes de participantes, tanto las autoridades como los sindicatos atestiguaron de un rechazo creciente contra el proyecto de retrasar la edad de la jubilación de 62 a 64 años.
Francia vivió este martes su mayor protesta contra una reforma social de las últimas décadas a llamado de los sindicatos, que convocaron nuevas manifestaciones la próxima semana para obligar al gobierno a abandonar su plan para retrasar la edad de jubilación.
"El gobierno debe escuchar el rechazo masivo de este proyecto y retirarlo", dijo Patricia Drevon, sindicalista de FO, tras una reunión de las centrales sindicales, llamando a nuevas protestas la próxima semana, el martes 7 y el sábado 11.
Las dos medidas que cristalizan el descontento son el retraso progresivo hasta 2030 de la edad de jubilación de 62 a 64 años y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años --y no 42 como ahora-- para cobrar una pensión completa. "No quiero trabajar más tiempo, tengo un trabajo duro y ya estaré destrozada a los 62 años. No es viable ni física ni moralmente", dijo Sylvie Dieppois, una ayudante de cocina.
Las autoridades indicaron que 1,272 millones de personas salieron este martes a la calle, cifra que el sindicato CGT elevó a 2,8 millones. Según el diario Le Monde, se trata en cualquier caso de "un récord contra una reforma social desde 1995". París, donde se detuvo a 30 personas por choques con las fuerzas de seguridad, registró la mayor manifestación con 87.000 personas (500,000 según la CGT), pero la participación también subió en la mayoría de ciudades y pueblos: 40.000 en Marsella, 28.000 en Nantes, 23,000 en Rennes, etc., según la policía.
Los huelguistas --que no cobran las horas de paro--- fueron en cambio menos numerosos en el sector público, como en la educación o en la empresa de ferrocarriles SNCF, si bien se paralizó gran parte de los trenes regionales. La punta de lanza vino del sector energético. Las centrales nucleares registraron una caída de producción de unos 3.000 MWh, según la empresa EDF. Y entre un 75% y un 100% del personal de las refinerías y depósitos de TotalEnergies se unieron al paro, según la CGT.