El presidente colombiano, Gustavo Petro, inauguró el sábado un nuevo periodo legislativo en el Congreso, para el futuro de sus ambiciosas reformas sociales.
Al llegar a la mitad de su mandato, Petro propuso un acuerdo político para avanzar en estas reformas, a pesar de las dificultades y escándalos recientes.
Un escándalo de corrupción en la estatal Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo y Desastres (UNGRD) sacudió su gobierno, con denuncias de sobrecostos en contratos utilizados para presuntos sobornos.
Exfuncionarios, ministros y congresistas fueron cuestionados, y algunos enfrentan investigaciones judiciales.
Petro pidió perdón ante el Congreso por el caso de presunta corrupción, asumiendo la responsabilidad política y comprometiéndose a recuperar los fondos desviados.
Las reformas sociales han sido una apuesta clave de Petro, quien busca reducir la desigualdad en Colombia.
Su mayor logro ha sido la reforma pensional aprobada en junio, aunque otras iniciativas, como la reforma a la salud y la ley para regular el sistema educativo, no han prosperado. "Quizás porque no compramos congresistas es que no nos han aprobado las reformas", reclamó Petro, negando cualquier soborno a los legisladores.
El mandatario anunció que su gobierno volverá a presentar la reforma a la salud y un paquete de iniciativas para agilizar la implementación del acuerdo de paz firmado en 2016 con las FARC.
Propuso usar el "fast track", un procedimiento legislativo rápido, para aprobar estas leyes, aunque esta vía requeriría aprobación del Congreso y la Corte Constitucional.
Enfatizó la necesidad de una reforma agraria para cumplir el acuerdo de paz, que estipula la entrega de tres millones de hectáreas fértiles a los campesinos.
Hasta ahora, su gobierno ha otorgado 184.000 hectáreas, lo que a su ritmo actual tardaría 20 años en cumplirse.