Desde el fin de semana, se reportó el hallazgo de cuerpos en el bosque de Shakahola, cerca de la costa de Malindi, en Kenia, África.
Con el pasar de las horas, las autoridades de seguridad se percataron de que los muertos pertenecían a una secta religiosa, y que murieron por causas naturales.
Luego de hallar otros 16 cadáveres este martes, las autoridades locales informaron que, hasta ahora, se han localizado 89 cuerpos en la zona.
"La investigación continuará y no sabemos cuántos cadáveres descubriremos", declaró el ministro Kindiki, quien viajó hasta el lugar de los hechos para apoyar con las indagaciones.
Las autoridades indican que hay 112 personas desaparecidas, por tanto, el número de víctimas podría escalar de manera exponencial y convertirse en una de las atrocidades más grandes en la historia de las sectas religiosas.
Por su parte, el presidente de Kenia, William Ruto, calificó el hecho como un "acto terrorista" e incriminó al pastor y presunto responsable de la tragedia, Paul Mackenzie Nthenge, líder de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, conocida como Good News International Church.
Mackenzie habría promovido el ayuno extremo entre sus seguidores para "conocer a Jesús" de manera más rápida.
Tras el fatídico suceso que ha conmocionado al país entero, Ruto ha prometido medidas urgentes y contundentes para castigar a quienes "usan la religión para promover la tragedia".
Pese a lo trágico del caso, las autoridades han localizado y proporcionado auxilio a alrededor de 31 sobrevivientes, sin embargo, prevén que pueda haber más muertos debido a las encomiendas de Mackenzie Nthenge, quien se encuentra bajo custodia.