CIUDAD DE MÉXICO, junio 21 (EL UNIVERSAL).- La desaparición del sumergible Titán cuando se dirigía en una misión a los vestigios del Titanic ha desatado el interés sobre cómo son estos viajes, y sus peligros. Además de costosos, el riesgo es tal que los pasajeros deben firmar un documento donde la palabra "muerte" aparece tres veces.
Así lo reveló Mike Reiss, guionista de televisión estadounidense que visitó los vestigios del Titanic en el mismo sumergible el año pasado, y quien declaró a la BBC que la experiencia fue desorientadora.
Con una presión 400 veces superior a la de la superficie, "la brújula dejó de funcionar inmediatamente y empezó a dar vueltas, así que tuvimos que dar vueltas a ciegas en el fondo del océano, sabiendo que el Titanic estaba en algún lugar", explicó. Sin embargo, asegura que quienes deciden emprender este viaje saben el peligro que corren.
"Todo el mundo era consciente del peligro de la expedición", dijo a la BBC. Antes de embarcar en el submarino, los pasajeros deben firmar un documento que enumera "una tras otra las formas en que uno puede morir durante el viaje". Detalló que sólo en la primera página "se menciona la muerte tres veces".
La muerte, aseguró, "es algo que no se va de tu mente del todo; intentas apagarlo, pero cuando estaba subiendo al sumergible pensé: ´Este podría ser el final´".
Insistió en que "a nadie que esté en esta situación le ha pillado desprevenido... todos saben en qué se están metiendo".
De hecho, Reiss, de 63 años, dijo que había realizado tres inmersiones diferentes con OceanGate, la empresa dueña del Titán que organiza expediciones al Titanic, y afirmó en cada una de las veces, se perdió la comunicación.
"Hice una inmersión en el Titanic y dos más frente a la costa de Nueva York, y en todas perdí la comunicación", detalló.
No es que la tecnología del sumergible sea de mala calidad, aclaró. "Es sólo que se trata de tecnología nueva y la están aprendiendo sobre la marcha".
El viaje no sólo es riesgoso, sino costoso: 250 mil dólares por pasajero, o poco más de 4 millones de pesos mexicanos.
El temor a morir se acentúa una vez adentro, debido a la forma del sumergible, cuentan otros pasajeros, como Colin Taylor, quien también visitó los restos del Titanic en el mismo sumergible el año pasado y describió las condiciones en el interior de la nave como "bastante estrechas".
"Se trata de un tubo de fibra de carbono diseñado conjuntamente por la NASA y Boeing, con dos cúpulas de titanio en cada extremo. Una de ellas tiene una ventana", narró al medio Sunrise.
"Es bastante estrecho, mide unos 6 metros de largo y tiene un diámetro relativamente pequeño, por lo que las cinco personas que lo ocupan están muy cerca unas de otras".
La Guardia Costera cree que a las cinco personas que van a bordo del Titán les quedan unas 24 horas de oxígeno.
Los expertos están evaluando una serie de ruidos detectados por boyas sonares en la zona donde se está buscando el sumergible.