Mueren otras 20 personas en ataques israelíes

Según el ejército israelí, los ataques de sus soldados están dirigidos a miembros de Hamás

Este jueves 22 de agosto, acompañados de ataques por aire y tanques militares por tierra, los militares de Israel avanzaron aún más en áreas como Deir al-Balah, en el centro, y Khan Younis, en el sur de Gaza. No obstante, siguen atacando a lo largo de todo el sitiado territorio.

Según la institución castrense, los ataques de sus soldados están dirigidos a miembros de Hamás y su grupo aliado, la Yihad Islámica.

Sin embargo, se siguen cobrando la vida de civiles. Al menos 22 personas murieron en las últimas horas, lo que elevó el total de víctimas mortales a al menos 40,265.

"Con base en inteligencia precisa del Ejército que indicaba la presencia de infraestructura terrorista y de terroristas de Hamás en el área de Khan Younis y las afueras de Deir Al-Balah, las tropas han intensificado sus actividades en la zona", señaló el Ejército este jueves, en un comunicado.

Solo en la ciudad de Beit Lahiya, en el norte de Gaza, un ataque a una vivienda mató a 11 personas, mientras que otro asalto contra una casa en el campamento de Al-Maghazi, en el centro del territorio, mató a seis palestinos, incluido un periodista local, señalaron las autoridades sanitarias.

Israel recrudece sus ataques en la Franja de Gaza justo después de las recientes conversaciones con el Gobierno estadounidense para alcanzar un eventual alto el fuego en el enclave.

Otras cinco personas murieron en ataques separados en el sur.

Tras reconocer las embestidas en el centro y sur de Gaza, el Ejército aseguró que en las últimas 24 horas desmanteló docenas de estructuras militares, localizaron cohetes y mataron a militantes de grupos palestinos.

Las fuerzas israelíes señalaron que, durante el último día, mataron a 50 militantes en el área de Rafah, en el extremo sur del enclave, en la frontera con Egipto.

En paralelo, los militares del país dirigido por Benjamin Netanyahu emiten nuevas órdenes de "evacuación",  reiteradamente descritas por la ONU como desplazamiento forzado, lo que deja a miles una vez más sin un lugar seguro dónde resguardarse de las constantes embestidas.