París, Francia.- El gobierno francés invocó el jueves un poder constitucional especial para aprobar una controversial reforma de pensiones sin necesidad de aprobación parlamentaria, una medida riesgosa para el presidente Emmanuel Macron.
El impopular proyecto de ley elevaría la edad de jubilación de 62 a 64 años. Se prevé que la decisión desencadene una moción de censura al gobierno de Macron.
La decisión se tomó solo unos minutos antes de la fecha prevista para la votación, porque el gobierno no tenía garantías de que el proyecto obtuviera una mayoría en la Asamblea Nacional, la cámara baja.
La reforma al sistema jubilatorio es la legislación insignia del segundo mandato de Macron, pero ha provocado enormes huelgas y protestas en todo el país desde enero.
PROTESTAS
Más de 200 personas han sido detenidas el jueves en París al término de una manifestación espontánea contra la impopular reforma de las pensiones del gobierno de Emmanuel Macron, aprobada unas horas antes por decreto y sin voto en la Asamblea Nacional.
Miles de personas se congregaron en la simbólica plaza parisina de la Concordia con la consigna de "bloquear el país" y la meta de tumbar al actual Ejecutivo. A final de esta manifestación, algunos de sus miembros quemaron contenedores, destruyeron automóviles y montaron barricadas.
Según la prefectura de policía de París, 217 personas fueron detenidas en la plaza de la Concordia, indicó el diario francés Le Monde, que también reporta disturbios similiares en Lyon, Rennes, Nantes y Marsella.
Desde mediados de la tarde, miles de personas se concentraron en la plaza después que el gobierno adoptara una impopular reforma, que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años, sin someterla al voto de los diputados.
La policía cargó y lanzó gases lacrimógenos para alejar a los manifestantes del puente que conecta la plaza de la Concordia con la Asamblea Nacional (cámara baja).
Varias ciudades de Francia registraron manifestaciones espontáneas contra la reforma impulsada por el presidente liberal Emmanuel Macron.
Si la tensión en la calle es palpable, también es lo es en el Parlamento.
Tanto la ultraderecha de Marine Le Pen como la izquierda adelantaron que presentarán en breve respectivas mociones de censura para intentar tumbar al Gobierno de la primera ministra, Elisabeth Borne, por haber aprobado la reforma de las pensiones por la vía rápida.