En una tragedia desencadenada por las intensas lluvias, el sur de Brasil se ve golpeado por devastadoras inundaciones que han cobrado la vida de al menos cien personas y han dejado a cientos más heridas o desaparecidas. La ciudad de Porto Alegre ha sido especialmente afectada, con las operaciones de rescate suspendidas debido a nuevas precipitaciones.
La Defensa Civil ha informado que las crecidas de los ríos, provocadas por las torrenciales lluvias en Rio Grande do Sul, han dejado un saldo trágico de más de cien muertos, 374 heridos y 130 desaparecidos. Más de un millón y medio de personas se han visto afectadas por este desastre climático, con más de 163 mil evacuaciones registradas hasta el momento.
En medio de esta emergencia, residentes de la favela Santo André en Porto Alegre se han visto obligados a establecer un campamento en una carretera desolada después de ser expulsados de sus hogares por las inundaciones. "Estoy aterrorizado, pero ¿qué puedo hacer?", expresó Adan Moreira dos Santos, un comerciante local.
Aunque el nivel del río Guaíba ha disminuido desde el martes, marcando 5.06 metros, la situación sigue siendo precaria y peligrosa. Voluntarios equipados con lanchas y jetskis se movilizan por las calles inundadas para rescatar a personas atrapadas o que temen salir debido al riesgo de saqueos.
Sin embargo, las nuevas lluvias han interrumpido las evacuaciones y la Alcaldía solicitó la suspensión temporal de las operaciones de rescate debido al riesgo de descargas eléctricas y vientos fuertes. En el sur del estado, la situación podría empeorar debido al volumen de agua en los ríos que alimentan la Laguna de los Patos.
El Gobierno ha decretado emergencia en cinco embalses, dos de los cuales están en riesgo de ruptura, lo que podría tener impactos significativos en los países vecinos debido al flujo de aguas transfronterizas.
Para abordar la crisis humanitaria en curso, las autoridades están trabajando en la construcción de un "corredor humanitario", según anunció el Alcalde de Porto Alegre, Sebastián Melo. Este corredor se convertirá en una vía temporal crucial para el suministro de la población, que actualmente se encuentra desprovista de agua potable.
Roger da Silva, gerente de un supermercado en el municipio de Viamao, al este de Porto Alegre, explicó que aunque actualmente no faltan suministros, la entrega de alimentos básicos como arroz y porotos está siendo complicada. En respuesta a esta situación, el Gobierno federal ha anunciado la importación de 200 mil toneladas de arroz para asegurar el suministro y evitar especulaciones en los precios, dada la importancia de la región inundada, que abastece más de dos tercios del arroz consumido en Brasil.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha expresado su pesar por las pérdidas de vidas en Brasil, destacando que desastres como este son un recordatorio doloroso de los devastadores efectos de la crisis climática.