Durante una llamada telefónica de una hora, solicitada por Berlín, el canciller alemán Olaf Scholz instó al presidente ruso Vladimir Putin a iniciar conversaciones con Ucrania para lograr una "paz justa y duradera".
Scholz reafirmó el compromiso firme de la Unión Europea con Ucrania y subrayó la determinación de Alemania de apoyar a Kiev en su lucha defensiva contra la agresión rusa, según un comunicado del Gobierno alemán.
La conversación reflejó las tensiones diplomáticas en torno al conflicto y la posición alemana sobre el papel de Rusia en el mismo.
Putin, por su parte, respondió que cualquier acuerdo de paz debe tener en cuenta "la nueva realidad en terreno", refiriéndose a las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporizhia, que Rusia ha anexado parcialmente.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, destacó que, aunque existieron "desacuerdos profundos", el diálogo en sí mismo es positivo.
Sin embargo, la llamada entre los líderes no logró acercar posiciones, lo que revela las diferencias irreconciliables entre ambas partes.
La conversación generó una rápida reacción de Ucrania, cuyo presidente Volodímir Zelenski calificó la llamada de "abrir una caja de Pandora", alegando que las conversaciones entre Scholz y Putin podrían socavar los esfuerzos internacionales para aislar al líder ruso.
Zelenski subrayó que, en lugar de "palabras vacías", Ucrania necesita una paz real y un acuerdo genuino, no un retorno a negociaciones como las de Minsk, que no pusieron fin a las hostilidades en 2014.
El canciller alemán había informado a Zelenski sobre la llamada con Putin y prometió hablar con él después de la conversación.
A pesar de la molestia de Ucrania, algunos líderes europeos, como el primer ministro polaco Donald Tusk, celebraron la comunicación entre Berlín y Moscú, destacando que Scholz había reafirmado la posición de que "nada se decide sobre Ucrania sin los ucranianos".
Tusk también valoró la postura condenatoria de Rusia por su agresión.
Este diálogo se produce en un contexto delicado, con Ucrania enfrentando dificultades en el campo de batalla tras casi tres años de guerra y con la incertidumbre generada por las posturas de Donald Trump, quien ha afirmado que pondría fin a la guerra en Ucrania "en 24 horas", aunque sin detallar cómo.
´Por lo que esto ha generado temores sobre posibles concesiones a Moscú.
Por su parte, Scholz enfrenta una situación política compleja dentro de Alemania, donde su gobierno de coalición ha sufrido varios contratiempos.
Sin embargo, el canciller alemán, Olaf Scholz se someterá a un voto de confianza en diciembre, lo que podría llevar a elecciones anticipadas en febrero, poniendo a prueba su liderazgo en un momento crítico tanto para la política interna alemana como para su posición en el conflicto ucraniano.