La controvertida campaña electoral en Panamá, acaparada por la habilitación o no de la lista del expresidente Ricardo Martinelli, terminó. Los electores decidieron poner su voto de confianza en José Raúl Mulino, la mano de derecha de Martinelli, que con poco más del 34% de los sufragios fue la opción mayoritaria dentro del abanico de ocho aspirantes a la Presidencia.
"Han sido tres meses de un trajín impresionante, pero estoy muy feliz de haber logrado la Presidencia con el voto mayoritario del pueblo panameño (...) Espero cumplir con cabalidad desde hoy hasta el último día de 2029", afirmó.
Pese al contundente respaldo del exmandatario, que antes de ser inhabilitado en la contienda lideraba los sondeos de intención de voto, Mulino enfatizó que será él el encargado de desempeñar un rol que llevará adelante sin consultar al líder del que fue fórmula vicepresidencial. Mulino destacó que su amistad con Martinelli "no va a cambiar", pero insistió en que será un jefe de Estado autónomo.
"El presidente de la República soy yo, eso que quede bien claro. La responsabilidad de gobernar es mía", recalcó.
Este gobierno tendrá la particularidad de dejar vacante el puesto de vicepresidente, que era ocupado por el propio Mulino antes de que Martinelli fuese inhabilitado a presentarse en la carrera por la Presidencia.
El nuevo jefe de Estado del país centroamericano destacó que no tendrá un compañero en el Ejecutivo y que, constitucionalmente, no tiene permitido designar un vicepresidente ahora.