Estados Unidos.- Tras varios días sin contacto claro, este viernes, la NASA restableció el contacto con la sonda Voyager 2, ello gracias a un giro "interestelar" que provocó un ajuste en su antena, con el cual pudo dirigir la señal a la Tierra y volver a contactar a la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio.
Cabe recordar que la Voyager 2 fue lanzada desde 1977 y se encuentra a miles de millones de kilómetros de distancia de nuestro planeta, sin embargo, gracias a una instrucción de la NASA, el contacto ha vuelto a estar en orden.
Debido a la inmensa distancia entre nosotros y la máquina, los operadores del Voyager 2 tuvieron que esperar alrededor de 37 horas para comprobar si la instrucción funcionó.
La noticia del restablecimiento fue dada a conocer por la directora del proyecto Voyager, Suzanne Dodd.
La perdida de la señal ocurrió el mes pasado, sin embargo, este lunes, la NASA detectó un débil, pero importante latido proveniente de la dirección de la sonda, tras esa señal, se pudo detectar y, posteriormente, lanzar un contacto al vacío con rumbo al artefacto.
Por si las instrucciones no funcionaran, la organización contaba con un plan B, el cual consistía en aprovechar el reinicio de la sonda en el mes de octubre, para volver a restablecer la señal.
¿Para qué son las sondas Voyager 1 y Voyager 2?
Siendo uno de los proyectos de exploración más importantes que tiene la NASA, las sondas Voyager 1 y 2 fueron diseñadas para explorar el espacio interestelar, además de ser las únicas en lograrlo.
Originalmente, fueron lanzadas con el fin de explorar Júpiter y Saturno, sin embargo, también cuentan con artefactos de la Tierra por si llegan a hacer contacto con alguna civilización extraterrestre.
Las sondas cuentan con un disco de oro cada una, este contiene imágenes de la Tierra, diagramas científicos, audios de los sonidos de la naturaleza, palabras en distintos idiomas y música popular de nuestro mundo.
Se prevé que estos discos de oro se descompongan en más de mil millones de años debido a la radiación cósmica.
La Voyager 1 salió de la heliosfera, la última capa del Sistema Solar, en el 2012, mientras que la Voyager 2 lo hizo en el 2018.