José Mujica, el ex Presidente de Uruguay e ícono de la izquierda, anunció el miércoles su decisión de no viajar al extranjero para recibir tratamiento por el tumor de esófago que le fue diagnosticado. Agradeció las muestras de apoyo recibidas tanto dentro como fuera del país.
A pesar de su ausencia en el acto del 1 de mayo de la central sindical Pit-Cnt, Mujica asistió al asado organizado por sus seguidores, cerca de su hogar en las afueras de Montevideo. Allí expresó su gratitud hacia quienes lo apoyan y ofrecen ayuda, pero reiteró su confianza en los médicos uruguayos y su intención de recibir tratamiento en el país.
"Yo no voy a ir ni a la esquina. Yo confío en los médicos uruguayos. Agradezco mucho, pero vamos a ver lo que podamos remendar acá en el barrio nomás", señaló Mujica.
El ex Mandatario, de 88 años y afectado por vasculitis, una enfermedad autoinmune, reveló el lunes la existencia del tumor esofágico con un pronóstico "muy comprometido". Aunque el tumor está "localizado", Mujica indicó que es probable que el tratamiento consista en radioterapia debido al tipo de variante celular.
Destacó la solidaridad recibida, incluso de personas con quienes ha tenido diferencias políticas, como el actual Presidente Luis Lacalle Pou y otros líderes de la centroderecha uruguaya. Ante la pregunta sobre si teme a la muerte, Mujica respondió con serenidad, aceptando la naturaleza efímera de la vida.
Durante el asado, en compañía de su esposa Lucía Topolansky y amigos como el músico uruguayo Rubén Rada, Mujica expresó su determinación de continuar con su vida normal mientras pueda, aunque reconoció las limitaciones alimenticias impuestas por su condición médica.
"Voy a seguir mi vida normal todo lo que pueda y cuando no pueda más veremos lo que hacemos", aseguró Mujica.