Este martes, después de nueve años de que estallara el escándalo de manipulación de emisiones conocido como 'Dieselgate', comenzó el juicio contra Martin Winterkorn, expresidente del consejo de administración del grupo Volkswagen.
Por lo que la audiencia, ubicada cerca de la sede histórica de Volkswagen en Wolfsburgo, será el escenario donde Winterkorn enfrentará acusaciones por fraude comercial, falso testimonio y manipulación del mercado.
El exdirectivo ha negado rotundamente todas las acusaciones, asegurando que nunca tuvo conocimiento del fraude.
El tribunal informó que el primer cargo contra Winterkorn se centra en la sospecha de que los clientes fueron estafados sobre el funcionamiento de sus vehículos.
Los coches solo cumplían los límites de emisiones durante las pruebas, gracias a un software instalado por Volkswagen para manipular los resultados.
Este software fue el epicentro del escándalo que sacudió a la industria automotriz en 2015, cuando el grupo alemán admitió su uso, provocando una crisis de magnitud global para la compañía.
Tras el estallido del escándalo, que hasta la fecha ha costado a Volkswagen más de 32.000 millones de euros en gastos legales e indemnizaciones, Winterkorn renunció a su cargo.
Según la Fiscalía, el presunto fraude afectó a unos nueve millones de vehículos vendidos entre 2006 y 2015 en Europa y Estados Unidos, causando pérdidas de cientos de millones de euros para los compradores.
Aunque Winterkorn no es considerado responsable de la estafa durante todo ese periodo, la Fiscalía sostiene que para 2014 ya tenía conocimiento del engaño.
Por lo que otros cuatro exempleados de la compañía Volkswagen ya han sido acusados del mismo delito y comenzaron a ser juzgados en 2021.
Entre los condenados se encuentra Rupert Stadler, exdirector de Audi, quien es el ejecutivo de mayor rango en recibir una sentencia hasta ahora.
El juicio de Winterkorn se separó de estos procedimientos debido a sus problemas de salud, ya que el exdirectivo, de 77 años, ha pasado por múltiples intervenciones quirúrgicas en la cadera y la rodilla en los últimos años.
El tribunal ha programado al menos 90 sesiones para el juicio, lo que significa que, si no se presentan retrasos, el proceso podría extenderse hasta septiembre de 2025.
Por lo que la atención mundial está puesta en este juicio, ya que marca un capítulo crucial en la rendición de cuentas del mayor escándalo industrial en la historia reciente de Alemania.