El número de víctimas mortales de la potente tormenta Helene se elevó a 91 personas el domingo, según las autoridades, mientras los equipos de rescate luchan por llegar a las personas necesitadas en diversas zonas del sureste de Estados Unidos.
La tormenta, que tocó tierra como un huracán de categoría 4, dejó una estela de destrucción en varios estados, con Carolina del Norte como el más afectado.
El condado de Buncombe registró 30 muertes, la mayor cantidad en una sola área.
El sheriff Quentin Miller, del condado de Buncombe, confirmó las cifras devastadoras durante una conferencia de prensa este domingo. "Tenemos otra actualización devastadora. Ahora tenemos 30 víctimas confirmadas debido a la tormenta", declaró.
Miller también mencionó que las operaciones de búsqueda continúan, aunque algunas podrían convertirse en tareas de recuperación de cuerpos debido a la magnitud de la tragedia.
La tormenta Helene, que azotó áreas de Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Tennessee, destruyó infraestructuras y dejó millones de personas sin electricidad.
Las lluvias torrenciales y los vientos huracanados provocaron inundaciones masivas y deslizamientos de tierra, afectando gravemente la vida de los residentes de estas regiones. En total, Carolina del Norte reporta 37 muertos, Carolina del Sur 25, Georgia 17, Florida 11 y Virginia una persona fallecida.La infraestructura eléctrica ha sido severamente dañada, dejando a casi 2,5 millones de hogares sin suministro eléctrico hasta el domingo, según el portal poweroutage.us. Matt Targuagno, del Departamento de Energía de EE.UU., advirtió que el restablecimiento del servicio eléctrico podría tardar varios días debido a la complejidad de la respuesta y las condiciones en el terreno.Miles de personas han tenido que buscar refugio en albergues gestionados por la Cruz Roja. Jennifer Pipa, responsable de la organización, señaló que los esfuerzos de ayuda continúan a medida que más personas llegan buscando asistencia, especialmente en Carolina del Norte, donde las inundaciones han sido particularmente graves.
La tormenta tocó tierra con vientos de hasta 225 kilómetros por hora en la costa noroeste de Florida, causando una destrucción masiva.
Aunque rápidamente perdió fuerza tras su entrada al continente, los daños fueron significativos. Las autoridades locales y estatales han desplegado equipos de rescate por aire en áreas aisladas debido a las carreteras inundadas o destruidas.
El riesgo de inundaciones sigue siendo una gran preocupación. William Ray, director de gestión de emergencias de Carolina del Norte, advirtió que las condiciones aún son extremadamente peligrosas, y que los equipos de rescate enfrentan dificultades para acceder a ciertas áreas.
Además, el Servicio Meteorológico Nacional mantiene tres alertas de inundaciones repentinas en el oeste del estado, con un riesgo elevado de rupturas de presas.
La marejada ciclónica también es motivo de preocupación para los meteorólogos. Se estima que Helene podría generar una marejada de hasta seis metros de altura, especialmente en la costa oeste de Florida y la región de Big Bend.
Esta situación se considera una "pesadilla" para las comunidades costeras, que enfrentan el peligro inminente de más inundaciones.
A pesar de haber sido degradada a huracán de categoría 1, Helene continúa siendo una amenaza para las áreas afectadas. Con vientos que aún alcanzan los 145 kilómetros por hora, la tormenta sigue avanzando hacia el interior del país, dejando a su paso destrucción y caos.
Por lo que los rescatistas y las autoridades se mantienen en alerta máxima mientras el sureste de Estados Unidos intenta recuperarse de este devastador fenómeno natural.