Una gran huelga reportada esta semana contra el presidente Javier Milei paralizó a Argentina y afectó el transporte público, los centros comerciales, supermercados y los bancos.
Esto generó suspensión de actividades en aeropuertos, en puertos y provocó el mínimo de actividades en universidades, tiendas y en otro tipo de rubros locales.
La gran protesta se lanzó desde la Confederación General del Trabajo y la Central de los Trabajadores de Argentina, mientras el Senado platea una ley que provocaría cambios en las condiciones laborales.
Además, esta norma le daría el Gobierno el poder de privatizar las empresas públicas, situación que ha sido criticada por los manifestantes.
"Estamos protestando contra un modelo económico de exclusión, en el que la gran mayoría de la población está un poquito peor", declaró el secretario de Comunicación de la Central de los Trabajadores de Argentina (CTA), a través de un mensaje a la televisión local.
Aunado a ello, los organizadores de la manifestación aseguraron que la nueva ley perjudicaría a los trabajadores argentinos, mientras que el portavoz de Milei, Manuel Adorni, aseguró que esta no se vincula con el parón de actividades.
"Un 31% de caída en las partidas presupuestarias de jubilaciones y pensiones; 87% en obras públicas; 39% en subsidios al transporte y un 76% en transferencias a provincias son indicadores que evidencian que el ajuste no lo paga la casta sino que recae sobre los sectores más vulnerables", declararon los sindicalistas.
Como respuesta, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, le pidió a los protestantes "que se dejen de joder y vayan a laborar", asegurando que de todas formas perderían dinero al tratar con "los burócratas de siempre".
Y es que el país latinoamericano se encuentra en una crisis económica, con todo y que las decisiones de Milei de reducir los gatos y eliminar el déficit fiscal han disminuido una inflación anual del 250%, el desempleo y la pobreza van aumentando.
Se trató de la segunda huelga contra Milei desde que asumió el cargo presidencial en diciembre del año pasado y cuyo gobierno ha sido duramente criticado alrededor de la nación sudamericana.
Por otro lado, un sector de la población criticó la huelga, tachándola de perjudicial para quienes sí quieren ir a trabajar.
"Una ciudad fantasma no puede funcionar, un país no puede funcionar así", declaró un trabajador a medios.