La deuda por injusticia social y violencia se agravó en Guatemala
Guatemala: la guerra civil acabó; violencia, no
La deuda por injusticia social y violencia se agravó en Guatemala
SAN JOSÉ, CR/EL UNI.- El 29 de diciembre de 1996, con júbilo e ilusión, los guatemaltecos atestiguaron la firma del pacto de paz entre el gobierno y la guerrilla de Guatemala que puso fin a 36 años de guerra civil. Con tristeza y decepción, los guatemaltecos comprobaron que, 25 años después de aquella ceremonia en un palacio capitalino, el acuerdo silenció los fusiles de ambos bandos, pero que la deuda por injusticia social y violencia se agravó en Guatemala y atizó la migración irregular a México y Estados Unidos. Aunque los acuerdos que finalizaron con los conflictos bélicos de Nicaragua, en 1990, y de El Salvador, en 1992, redujeron las tensiones de los gobiernos mexicanos con Estados Unidos, que se recrudecieron en la década de 1980 por la crisis de Centroamérica como foco de la Guerra Fría, el pacto que cerró la contienda militar guatemalteca fue clave para México: acabó con los constantes líos castrenses limítrofes con Guatemala. Ya sin guerra en el lado de Guatemala, que durante la confrontación armada acusó a México de convertir al sector mexicano en santuario de retaguardia de la guerrilla guatemalteca bajo complicidad militar, la frontera común se consolidó en los últimos 25 años como pasadizo de migrantes, narcotraficantes y de mafias de distintas modalidades del crimen organizado. En el flanco social, la promesa plasmada en el convenio de 1996 de "impedir que se produzcan procesos de exclusión socioeconómica, como el desempleo y el empobrecimiento" y de "optimizar los beneficios del crecimiento económico para todos los guatemaltecos", siguió siendo… promesa sin visos de solución. "Hay poco que celebrar. Estamos en el peor de los momentos en Guatemala en dictadura con ropaje legal", afirmó el guatemalteco Gregorio Chay, secretario General de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), fundada en 1982, que unió a las guerrilleras izquierdistas que se alzaron en armas en 1960 y firmante de los documentos. "La agenda de desarrollo, respeto de derechos humanos y democratización, con reformas institucionales y constitucionales, creada por los acuerdos, comenzó desde 1996 a ser lacerada, disminuida, desvirtuada", dijo Chay. Al aclarar que "no todo es incumplimiento", mencionó la fundación de la Policía Nacional Civil, la consulta en las urnas para una reforma constitucional y la creación de una "institucionalidad de paz".