ESTADOS UNIDOS, enero 09 (EL PORVENIR).-
Una tormenta invernal intensa y caótica golpeó a Estados Unidos, desencadenando fuertes tormentas eléctricas y tornados en el Medio Oeste, cubriendo vastas áreas con más de 15 centímetros de nieve y dejando a miles de personas sin electricidad en sus hogares.
La violenta tormenta, que avanzó con vientos de hasta 88 kilómetros por hora y granizo, afectó al Panhandle de Florida, Alabama y Georgia, causando destrozos y dejando a personas atrapadas en las carreteras.
De acuerdo con el sitio poweoutage.us, alrededor de 600 mil viviendas se quedaron sin luz en 12 estados, dificultando más la precaria situación en la que se encuentra la ciudadanía.
Antes del amanecer, ráfagas de viento alcanzaron los 171 kilómetros por hora en el condado de Walton, Florida. La situación sigue siendo peligrosa con la amenaza de tornados y condiciones climáticas severas en la región.
Mientras la tormenta se movía hacia el este, ciudades como Panama City Beach, Florida, experimentaron daños significativos con techos volados, muebles y escombros esparcidos.
En Ciudad de Panamá, la policía instó a los residentes a permanecer en sus hogares debido a los daños causados por las tormentas, incluyendo árboles y líneas eléctricas caídas.
Otras entidades, como el caso de Nueva Jersey, sufrió de inundaciones en calles y carreteras, además del crecimiento de los ríos luego de que algunas zonas tuvieran hasta 7.6 centímetros de lluvia durante esta semana.
Además, el estado de Nueva York también padeció el golpe de la tormenta, reportando una serie de inundaciones en la ciudad, situación que movilizó a los elementos de seguridad en la 'gran manzana'.
A pesar de los informes dispersos de daños importantes, hasta el momento no hay informes de heridos o muertes. Además, la tormenta afectó a varios estados dejando a más de 250 mil clientes sin electricidad y obligando al cierre de escuelas en la región.
En el Medio Oeste, se pronostica que la tormenta de nieve continuará, cubriendo áreas desde el sureste de Colorado hasta la península superior de Michigan, con preocupaciones adicionales sobre inundaciones en Nueva Inglaterra.