El gobierno de Perú aprobó un decreto que clasifica al "transexualismo" y los "trastornos de la identidad de género" como enfermedades mentales, definición incluida en el Plan Esencial de Salud nacional.
Este decreto fue firmado por la presidenta Dina Boluarte, así como los ministros de Economía y Finanzas y el de Salud, puestos ocupados por José Arista y César Vásquez, respectivamente.
La decisión ha generado una indignación general en la comunidad LGBTQ+ de Latinoamérica, pues, de manera explícita, identifica a las personas trans como condiciones de salud mental que deben ser tratadas por centros de salud públicos y privados.
Como respuesta, la legisladora del bloque opositor, Juntos por Perú, Susel Paredes, pidió que se derogara este decreto, pues "refuerza la discriminación hacia las personas transgénero".
“Urge implementar políticas de salud mental acorde a los estándares internacionales para garantizar el derecho a la salud, igualdad e identidad”.
Además, la organización Más Igualdad Perú rechazó la decisión a través de sus canales oficiales.
Aunado a lo anterior, más de 400 profesionales de salud y 176 organizaciones que defienden los derechos humanos, enviaron una carta al Ministerio de Salud para exigir que se retire este nuevo decreto.
Por su parte, el ministerio externó que, aunque sostenga que la diversidad de género no es una enfermedad, el decreto se justifica por "garantizar la cobertura de atención completa de salud mental".
De acuerdo con medios locales, el fundamento para el decreto se basa de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de Salud, no obstante, la OMS retiró estos conceptos de su lista en el año 2019.
Curiosamente, el decreto coincide con el 34 aniversario de que la organización de las Naciones Unidas eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.