El Tribunal Superior de Londres dictaminó este lunes que Julian Assange, fundador de WikiLeaks, puede apelar contra su extradición a Estados Unidos por cargos de espionaje. Esta decisión, tomada por los jueces Victoria Sharp y Jeremy Johnson, probablemente prolongará aún más la prolongada saga legal de Assange.
El fallo del tribunal permite a Assange impugnar la orden de extradición emitida por el gobierno del Reino Unido, lo que generó vítores y aplausos entre sus seguidores fuera de las Reales Cortes de Justicia.
Anteriormente, en marzo, dos jueces habían rechazado la mayoría de los argumentos presentados por Assange, pero permitieron que su caso fuera llevado al Tribunal de Apelaciones a menos que Estados Unidos garantizara que Assange no enfrentaría la pena de muerte si era extraditado y que gozaría de las mismas protecciones de libertad de expresión que un ciudadano estadounidense.
El tribunal señaló que si Assange, ciudadano australiano, no podía confiar en la Primera Enmienda, entonces su extradición podría ser incompatible con la Convención Europea de Derechos Humanos, que también protege la libertad de expresión y de los medios de comunicación.
A pesar de que Estados Unidos ha ofrecido garantías, el equipo legal de Assange y sus partidarios sostienen que no son suficientes para asegurar un trato justo en el sistema judicial federal estadounidense. Estados Unidos ha afirmado que Assange podría intentar acogerse a los derechos y protecciones de la Primera Enmienda, aunque la decisión final dependería de un juez. Además, en el pasado, Estados Unidos ha argumentado que Assange no tiene derecho a protección constitucional debido a que no es ciudadano estadounidense.
Stella Assange, esposa de Julian, expresó su preocupación, afirmando que las garantías de Estados Unidos no alivian la extrema angustia de su familia respecto al futuro de Assange y su potencial encarcelamiento de por vida en una prisión estadounidense por realizar periodismo.
Julian Assange, de 52 años, enfrenta 17 cargos de espionaje y un cargo de uso indebido de computadoras por la publicación de documentos clasificados estadounidenses en su sitio web hace casi 15 años. Los fiscales estadounidenses alegan que Assange incentivó y ayudó a la analista de inteligencia del ejército Chelsea Manning a robar cables diplomáticos y archivos militares que luego fueron publicados por WikiLeaks.