Tel Aviv, Israel.- Hamás sostiene que se encuentra revisando una propuesta de suspensión de hostilidades, acordada la semana pasada en París, entre Israel y los países mediadores: Egipto, Qatar y Estados Unidos.
Sin embargo, dos altos funcionarios del grupo que controla el enclave palestino afirmaron que los comentarios del mandatario estadounidense Joe Biden sobre un pronto acuerdo son "prematuros" y no corresponden a la situación en el terreno.
"Aún quedan grandes brechas para llegar a un acuerdo (...) Las cuestiones principales del alto al fuego y la retirada de las fuerzas israelíes no están claramente establecidas, lo que retrasa la obtención de un pacto", aseguró uno de los representantes del movimiento islamista.
Con la visión de Hamás coincidieron desde el Gobierno israelí. La prensa local reportó que un alto funcionario de la Administración de Benjamin Netanyahu, que habló en condición de anonimato, declaró que no entendía "en qué se basa el optimismo" de Biden.
El líder de la Casa Blanca había señalado el lunes 26 de febrero que esperaba una tregua para el próximo 4 de marzo.
"Mi asesor de seguridad nacional me dice que están cerca. Están cerca. Aún no han terminado. Mi esperanza es que el próximo lunes tengamos un alto al fuego", afirmó Biden, subrayando la posibilidad de la entrada en vigor de un alto al fuego justo antes de que inicie el Ramadán, fecha sagrada del islam, el próximo 10 de marzo.
BORRADOR DE LA TREGUA
El texto acordado en París y enviado al grupo que controla Gaza destaca una primera etapa de cese al fuego por 40 días, tiempo en el cual Hamás tendría que entregar 40 rehenes, entre mujeres, menores de 19 años o mayores de 50 y enfermos. Se trata de personas que las partes consideran que se encuentran en lo que denominan categoría humanitaria.
A cambio, las autoridades israelíes liberarían alrededor de 400 presos palestinos para cumplir con una proporción de 10 prisioneros por cada una de las personas que fueron secuestradas en Israel, el pasado 7 de octubre.
Después de comenzar la primera fase, Israel promete reposicionar sus fuerzas lejos de las zonas densamente pobladas de la Franja de Gaza.
Asimismo, la oferta establece un retorno gradual de todos los civiles gazatíes que fueron desplazados del norte del enclave, excepto los hombres en edad de prestar servicio militar.
También está incluido un compromiso sobre la entrada de 500 camiones con ayuda humanitaria a diario y la dotación de 200 mil tiendas de campaña.
Llos involucrados deberán permitir la rehabilitación de hospitales y panaderías en Gaza, incluida la autorización inmediata de la entrada del equipo necesario y el suministro de envíos de combustible para estos fines, según las cantidades que se acuerden.
Israel autorizaría el ingreso de maquinaria y equipos pesados para retirar escombros y ayudar con otros fines humanitarios y Hamás debe comprometerse a no utilizar esos elementos para amenazar a Israel.
Pero la nueva propuesta no abarca aspectos que Hamás subrayó en su contraoferta: un alto al fuego, que incluya el compromiso para el fin permanente de la guerra y el retiro de las tropas israelíes.