La crisis humanitaria desencadenada por el conflicto armado en Israel y Gaza condujo a la presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Mirjana Spoljaric, a viajar a Qatar.
Tras reunirse por separado con Ismail Haniyeh, líder político de Hamas, y con autoridades del Estado de Qatar, la representante de la imparcial organización de asistencia humanitaria global instó a la protección urgente de todas las víctimas del conflicto armado y al alivio de la catastrófica situación humanitaria en la Franja de Gaza.
Aprovechó para mostrar la disposición del organismo para participar como facilitador, mas no como negociador, de la liberación de rehenes conforme a lo pactado por las partes en el conflicto armado.
El que Spoljaric haya elegido Qatar y no su sede Ginebra como plataforma para dirigirse a la comunidad de naciones y a los altos dirigentes israelíes y palestinos sobre el posicionamiento del prestigioso Comité, no extraña.
La monarquía gobernada por el jeque Tamim bin Hamad al-Thani, quien asumió el poder en 2013 a la edad de 33 años, se ha venido convirtiendo en la última década en un influyente actor diplomático sobre cuestiones relacionadas con Medio Oriente y su periferia.
Esto se debe a que tiene canales de comunicación abiertos con actores internacionales clave, así como con líderes de regímenes autoritarios y grupos fundamentalistas.
El país es un proveedor crucial de gas natural licuado a Europa y Asia. La crisis energética desatada por la invasión de Rusia en Ucrania y la urgencia por diversificar fuentes de suministro en la Unión Europea (UE) acercó aún más a Doha con Bruselas.
Es después de Estados Unidos el mayor proveedor de gas natural licuado del bloque, posición que antes ocupaba Moscú. En el segundo trimestre de 2023 suministró 10.9% del gas natural licuado importado por la Europa rica, mientras el siguiente trimestre 14%, de acuerdo con la Agencia Europea de Estadísticas, Eurostat.
Frente a la guerra en Europa, mantiene relaciones equilibradas con Ucrania y Rusia. El primer ministro Mohammed bin Abdulrahman ha visitado Kiev y Moscú, mostrando el pragmatismo de la política exterior qatarí.
El arriesgado juego a dos bandas, entre rivales y enemigos, le ha valido críticas al régimen qatarí, pero al mismo tiempo ha resultado útil para posicionarse como un relevante interlocutor internacional.
El tener vía de comunicación abierta con Kiev y Moscú ha permitido su mediación para reunificar niños ucranianos con sus familias tras haber sido desplazados de manera forzada a Rusia. En octubre pasado facilitó el retorno de cuatro niños y en diciembre seis más.