Atrás quedaron las promesas de una reforma que prometía regularizar a millones de migrantes.
Ahora, Joe Biden está endureciendo su política migratoria, con la que se podría reanudar la práctica de detener a familias completas en la frontera.
A pesar de que en campaña se comprometió a poner fin al Título 42, norma impuesta por Donald Trump para expulsar migrantes bajo el contexto de seguridad nacional por la pandemia, Biden pretende controlar los flujos migratorios con una política aún más restrictiva.
El mes pasado, la Casa Blanca anunció una nueva política migratoria que impedirá la entrada territorio estadounidense a los solicitantes de asilo que no hayan tramitado su ingreso a un país por el cual hubieran transitado.
Entraría en vigor a partir del 11 de mayo por un periodo de prueba de dos años.
El paquete de medidas es el más restrictivo en lo que va de la administración Biden, ya que ahora, los migrantes deberán solicitar asilo en un país de tránsito antes de poder hacer el trámite en Estados Unidos. Esto sugiere que la mayor carga de trabajo en el procesamiento de peticiones de asilo recaerá sobre México, adoptando de facto una posición de Tercer País Seguro.
Fuentes periodísticas aseguraron que la administración del presidente Biden estaría contemplando reinstalar la detención de familias enteras de migrantes a la usanza de su predecesor Donald Trump.
La medida aún se encuentra en su etapa de análisis.
Bajo la política actual, las familias que llegan a la frontera con México son liberadas en Estados Unidos y se les pide comparecer ante un tribunal de inmigración en una fecha posterior.
Durante el punto más álgido de la pandemia, pocas familias fueron puestas bajo custodia de las autoridades estadounidenses, y actualmente funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza están utilizando esas instalaciones para mantener detenidos a adultos solos que cruzaron la frontera de manera ilegal.