Moscú, Rusia.-Dos colaboradoras cercanas de Alexei Navalny fueron detenidas el miércoles antes de las protestas planeadas en apoyo del encarcelado líder opositor ruso, que lleva desde el 31 de marzo en huelga de hambre.
El equipo de Navalny convocó protestas nacionales tras los reportes sobre la salud deteriorada del político en prisión. Las autoridades rusas han recalcado que las marchas no están autorizadas y desaconsejaron participar en ellas.
Personas vestidas “de uniforme” sacaron de un taxi a Lyubov Sobol, una importante aliada de Navalny, y se la llevaron a una comisaría, dijo su abogado Vladimir Voronin.
La policía también detuvo a la vocera de Navalny, Kira Yarmysh, que está bajo arresto domiciliario por cargos relacionados a las protestas de enero en apoyo del líder opositor. Yarmysh fue detenida cerca de la entrada de su edificio de apartamentos cuando salió durante la hora en la que se le permite abandonar la vivienda, dijo en Twitter su abogada, Veronika Polyakova.
Navalny fue detenido en enero a su regreso de Alemania, donde pasó cinco meses recuperándose de una intoxicación por una neurotoxina que atribuye al Kremlin. Las autoridades rusas han rechazado la acusación. Su detención, supuestamente por incumplir los términos de una condena suspendida de 2014 por malversación, desencadenó protestas que plantearon el mayor desafío al gobierno ruso en los últimos años.
Poco después, un tribunal ordenó que Navalny cumpliera dos años y medio de la pena por malversación, que la Corte Europea de Derechos Humanos tachó de “arbitraria y claramente poco razonable”.
Navalny inició una huelga de hambre para protestar porque las autoridades penitenciarias no permitían que sus médicos lo visitaran cuando empezó a sufrir graves dolores de espalda y entumecimiento en las piernas. El servicio penitenciario ha dicho que Navalny recibía toda la atención médica que necesitaba.
El médico de Navalny, el doctor Yaroslav Ashikhmin, dijo el sábado que las pruebas que le había enviado la familia de Navalny mostraban niveles muy altos de potasio, lo que puede provocar un ataque cardiaco, y niveles elevados de creatinina, lo que apunta a problemas de riñón.
El político fue trasladado el domingo a un hospital en otra prisión y se le colocó un gotero con glucosa. Los responsables de la prisión rechazaron los esfuerzos de sus médicos de visitarlo allí.
En respuesta a las noticias sobre la salud de Navalny, su equipo hizo una llamada a nuevas protestas en todo el país para el miércoles, el mismo día en el que presidente, Vladimir Putin, tenía previsto ofrecer su discurso sobre el estado de la nación.
El miércoles por la mañana se habían anunciado marchas en 165 localidades rusas, según un sitio web dedicado a las protestas.