La Unión Europea (UE) incrementó la presión sobre el presidente venezolano Nicolás Maduro al unirse a Estados Unidos y varios países latinoamericanos en la negativa de reconocer los resultados de las elecciones del 28 de julio, denunciadas por fraude.
En un comunicado, el Consejo de la UE afirmó que, "a falta de pruebas que los respalden", los boletines del Consejo Nacional Electoral (CNE) "no pueden reconocerse" y pidió una "verificación independiente" del proceso.
En medio de estas tensiones, el papa Francisco hizo un llamado desde el Vaticano a "buscar la verdad" en Venezuela.
Las protestas desatadas por la reelección de Maduro han resultado en al menos once civiles muertos y más de 2,000 detenidos, según organizaciones de derechos humanos, además de la muerte de dos militares, de acuerdo con el gobierno.
La UE y varios países no reconocen oficialmente a González Urrutia como ganador, otros, como Estados Unidos, Perú, Argentina, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y Panamá, sí lo han hecho. Por su parte, Rusia y China han respaldado a Maduro.
La oposición ha publicado en línea actas que sostienen que González obtuvo el 67% de los votos, frente al 52% adjudicado a Maduro por el CNE, quien asumiría un tercer mandato de seis años más.
El papa Francisco hizo un llamado a la moderación y el diálogo para evitar la violencia y encontrar una resolución pacífica a la crisis.
Maduro, por su parte, rechazó cualquier injerencia externa y denunció un intento de "usurpar" el poder.
Durante un acto con la Guardia Nacional, el presidente venezolano reiteró su lealtad al cuerpo militar y aseguró que enfrentarán cualquier intento de golpe de Estado.
El mandatario destacó la "conducta ejemplar" de la Guardia Nacional en medio de la crisis, y advirtió que no se permitirá otra "usurpación" de la presidencia, comparando la situación actual con el reconocimiento internacional de Juan Guaidó como presidente interino en 2019.