MIAMI, EU., febrero 22 (EL UNIVERSAL).- La tragedia de Ohio, como se le conoce por derramar al medio ambiente químicos peligrosos al descarrilarse un ferrocarril de Norfolk Southern, con 100 vagones a la altura de East Palestine el 3 de febrero, no termina de ser lo suficientemente clara en detrimento de la seguridad y la salud de esa comunidad de 5 mil habitantes, pero para expertos el problema se verá a largo tiempo, hasta en 10 años, y puede afectar "un promedio de mil 200 kilómetros a la redonda".
"En el momento que [las autoridades correspondientes] quemaron el cloruro de vinilo, lo que hicieron fue liberar en el ambiente billones o trillones de partículas de dioxinas y furanos; uno de los contaminantes más peligrosos para el ser humano", dice a EL UNIVERSAL el científico y ambientalista José de Jesús Vázquez Chabolla, miembro ponente de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (AIDIS, por sus siglas en inglés).
"El daño en la salud no es como lo quieren hacer ver [las autoridades sanitarias de EU] de que a ver quién se desmayó o se siente mal, el daño es a tres, cinco, siete o 10 años que aparezca un cáncer en hígado o riñones, principalmente, pero quizá para ese momento ya ni se acuerden, no lo relacionen", dice el experto. "La quema fue controlada, pero el humo cargado de dioxinas y furanos ya ha sido movido a diversas direcciones que no se pueden saber y eso incluye un promedio de mil 200 kilómetros a la redonda".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que una exposición leve a concentraciones de dioxinas y furanos puede ser causa de lesiones en la piel y problemas con el funcionamiento del hígado. Una exposición prolongada trae consecuencias más graves para el hígado y los riñones, así como alteraciones en funciones reproductoras, inmunitarias y en el sistema nervioso.
La caída a ciudades y a sistemas de agua de estas partículas de dioxinas y furanos es lo que puede traer a la larga enfermedades. "Mi recomendación es que en un mapa marquen un círculo que promedie mil 200 kilómetros a la redonda de donde fue el accidente y todos quienes ahí habiten se hagan un examen de sangre y de orina, si pueden más a fondo, de hígado; porque todos han sido potencialmente expuestos".
Vázquez Chabolla explica que los mil 200 kilómetros a la redonda es una recomendación con margen de que la contaminación y las partículas no lleguen tan lejos, "pero ¿quién lo podría asegurar?", pregunta. "Debemos entender (...) que ese humo generado por el químico es más pesado que el oxígeno, su tendencia es caer, pero no sabemos qué distancia recorrió y en qué dirección antes de llegar a tierra o al agua".
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) división Ohio junto con otros departamentos trataron de limpiar el área derramada y posteriormente quemada, cavando y levantando la tierra de casi 380 metros cúbicos. Lo caído en agua también trató de ser limpiado, pero el reporte ese día y los siguientes fue de peces, ranas, perros, pollos y otros animales muertos.
"La quema fue el mal menor, dejar el derrame ahí, así nada más, sería mucho peor. Lo lamentable es que sí o sí va a haber consecuencias de salud en muchos seres vivos a la redonda", explica el científico. "Las lluvias en su momento van a abonar a contaminar las aguas subterráneas. Entendamos que el cloruro de vinil es un químico hecho por el hombre en un laboratorio, que sirve para crear diversos plásticos. No es biodegradable ni pertenece a la naturaleza.
"Lo que las autoridades controlaron fue la quema del químico, el cloruro de vinil, pero nadie puede controlar la atmósfera, la velocidad de los vientos, la humedad. El humo ya se dispersó por quién sabe dónde", insiste el experto.
No es exagerado decirle a la población que debe hacerse los estudios, especialmente si ya padecen enfermedades hepáticas u otras. "Al menos que sepan qué se los provocó", concluye Vázquez Chabolla. Se derramó en menor proporción acrilato de butilo y aceite lubricante.