El pasado domingo, el estado de Yobe, en el noreste de Nigeria, fue escenario de un violento ataque perpetrado por presuntos yihadistas de Boko Haram, que dejó un saldo de decenas de personas muertas.
Según confirmaron las autoridades locales el martes, alrededor de 150 terroristas armados con fusiles y lanzacohetes atacaron el barrio de Mafa, desplazándose en más de 50 motocicletas.
"Mataron a mucha gente y quemaron varias tiendas y casas, aunque todavía no estamos seguros del número total de muertos", dijo Abdulkarim Dungus, portavoz de la policía estatal. Un funcionario local, Bulama Jalaluddeen, indicó que al menos 81 personas perdieron la vida en el ataque.
Amnistía Internacional (AI) elevó el número de víctimas a 127, destacando la brutalidad del ataque y denunciando que algunas de las víctimas eran personas mayores que no pudieron escapar. La organización pro derechos humanos instó a las autoridades nigerianas a investigar este "asesinato atroz e ilegítimo". AI compartió en redes sociales imágenes de los cadáveres que fueron sepultados, señalando que, además de arrasar toda la aldea, los atacantes también incendiaron tierras de cultivo.
El líder de las Fuerzas de Trabajo Conjuntas Civiles (CJTF), Muhammad Goni, confirmó el ataque y rebajó la cifra de muertos a 80 personas, aunque la búsqueda de cuerpos continúa. Desde 2009, el noreste de Nigeria ha sido blanco de ataques por parte de Boko Haram, una violencia que se intensificó en 2016 con la aparición del Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP).