Los argentinos acuden hoy a votar en una segunda vuelta de las elecciones, con el oficialista Sergio Massa y el aspirante de la ultraderecha Javier Milei separados por apenas unos puntos, según los últimos sondeos, y en medio de un clima enardecido por el antagonismo de ambas opciones y las acusaciones de la oposición alertando de fraude electoral.
De acuerdo con las diez últimas encuestas recopiladas por el diario La Nación, Milei sale como vencedor en seis de ellas, por las cuatro que hablan de un triunfo este domingo 19 de Massa.
Dicho estudio también refleja una media de un 2.9 por ciento de voto en blanco y un 2.5 por ciento de indecisos.
En donde sí parece haber cierto consenso es en el buen hacer de Massa en detrimento de Milei durante el debate del pasado domingo, el último de los actos de una campaña en la que al igual que el cara a cara televisado ha habido más protagonismo para los reproches y las críticas entre uno y otro que para las propuestas para estos próximos cuatro años.
Massa, con tono moderado, supo imponer su ritmo en un cara a cara en el que a Milei se le vio con cierta pasividad, sin saber muy bien cómo abordar los temas que habrían puesto en apuros al todavía ministro de Economía, como la crisis económica y el hondo déficit que arrastra Argentina.
Para cerrar la campaña, ambos volvieron a mostrar sus diferencias de estilo. Milei, acompañado por la candidata de la derecha tradicional en primera vuelta, Patricia Bullrich, se dio un baño de multitudes en Córdoba (provincia clave para sus aspiraciones), donde algunos de sus acólitos sacaron la motosierra a pasear, mientras que Massa optó por algo mucho más discreto, reuniéndose con grupos empresariales y estudiantes en un colegio público de Buenos Aires.
El cierre de campaña ha estado marcado por los ataques que la coalición de Milei ha dirigido contra el sistema electoral argentino, lanzado sospechas sobre un fraude electoral que recuerdan a las de algunos de sus homólogos en la región, como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.
Quién es quién
Abanderado de los denominados libertarios, Milei ha centrado la campaña en señalar a la política tradicional y a su clase dirigente, a la que define como casta, como principal responsables de los males de Argentina. Sin embargo, el apoyo de Patricia Bullrich tras la primera ronda ha provocado que haya rebajado el tono.
En materia social Milei no deja espacio a la duda y ya ha dejado claro, a veces con más histrionismo del que se le presupone a un líder político, que si de él dependiera reduciría el papel del Estado hasta el punto de justificar votar en contra de una ley que detecta cardiopatías congénitas en los bebés antes de nacer porque supondría más gasto público.
"Yo soy liberal libertario, filosóficamente, soy anarquista de mercado", dijo en una ocasión. Se ha mostrado contrario al aborto, incluso si el embarazo viene de una violación, pero sí le parece buena idea crear un mercado para promover la compraventa de órganos.
Defiende dolarizar la economía y ha cuestionado la cifra oficial de 30,000 desaparecidos durante la última dictadura.
Por su parte, Massa ha estado lidiando con la paradoja que supone ser responsable de las finanzas de un país que pasa por uno de sus peores momentos económicos y candidato de la fuerza que aspira a estar otros cuatro años en el poder, apelando de nuevo de manera particular a la clase trabajadora, sector al que acude tradicionalmente el peronismo para lograr conseguir votos.