La industria armamentista ha sido factor clave en el "martirio" del pueblo ucraniano en la guerra de Rusia, señaló ayer el papa Francisco, e indicó que su miseria continuará aun si se suspende el envío de armas.
Al parecer el pontífice se refirió al reciente anuncio de Polonia de que ya no enviará armas a Ucrania cuando se le preguntó sobre la guerra e hizo breves declaraciones a reporteros durante el viaje de regreso a Roma desde Marsella, Francia.
Francisco reconoció su frustración de que las iniciativas diplomáticas del Vaticano no hayan rendido frutos, pero afirmó que detrás del conflicto entre Rusia y Ucrania también se encuentra la industria armamentista.
El papa mencionó la paradoja que ha mantenido a Ucrania como un "pueblo martirizado" —que al principio muchos países le dieron armas y ahora se las quitan—. Desde hace mucho tiempo Francisco ha condenado y descrito a la industria armamentista como "mercaderes de la muerte", aunque también ha manifestado el derecho de los países a defenderse.
"He visto ahora que algunos países están dando marcha atrás y no están entregando armas", apuntó.
"Esto desatará un proceso en que el pueblo ucraniano sin duda representa al martirio. Y eso está mal", subrayó. Esto al parecer alude al anuncio del primer ministro Mateusz Morawieck de que Polonia ya no enviará armas a Ucrania debido a una disputa comercial.
"No podemos jugar con el martirio del pueblo ucraniano", dijo Francisco. "Debemos ayudar a resolver cosas en formas posibles (...) No hay que hacernos ilusiones de que mañana ambos gobernantes se irán a comer juntos, sino hacer cualquier cosa posible", agregó.