Varios gobiernos latinoamericanos expresaron su rechazo al ataque de Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán, advirtiendo sobre el riesgo de una escalada del conflicto en Medio Oriente con consecuencias globales.
Líderes como Nicolás Maduro (Venezuela), Claudia Sheinbaum (México), Gabriel Boric (Chile), Luis Arce (Bolivia) y las cancillerías de Cuba, Perú y Guatemala hicieron llamados al cese de hostilidades y a privilegiar el diálogo y la diplomacia.
En contraste, el presidente argentino Javier Milei respaldó abiertamente a EE.UU. e Israel, calificando a Irán como "enemigo de Argentina" y evocando los atentados en Buenos Aires en los años 90, atribuidos a Hezbollah con apoyo iraní.
Paraguay también condenó la respuesta militar de Irán, aunque instó a la desescalada.
Chile se mantuvo firme en su postura crítica hacia las acciones militares en la región, tanto de Estados Unidos como de Israel, recordando su respaldo a la demanda de Sudáfrica por genocidio contra Israel en la Corte Internacional de Justicia.