La tensión entre los migrantes varados en la frontera entre Perú y Chile, en su mayoría venezolanos, y ciudadanos peruanos que buscan cruzar al lado chileno ocasionó el sábado enfrentamientos con piedras, en los que resultó herida una persona, mientras autoridades consulares venezolanas se presentaron a la zona en un esfuerzo por ayudar a sus compatriotas.
Desde temprano, los migrantes bloquearon con sus equipajes y bolsas de basura la carretera Panamericana en ese sector fronterizo entre Tacna (Perú) y Arica (Chile), lo que ocasionó los enfrentamientos ante la prensencia de unidades policiales de ambos países.
Un venezolano fue impactado en la cabeza con una piedra y cayó al suelo, por lo que la policía chilena tuvo que atenderlo, constataron reporteros de The Associated Press en el lugar.
Después de varias horas los migrantes levantaron el bloqueo a la carretera, según informaron medios peruanos.
Por la tarde, miembros del consulado de Venezuela en Chile se hicieron presentes en la zona fronteriza para realizar un censo de los migrantes venezolanos que buscan regresar voluntariamente a su país y tratar la forma de ayudarlos.
"Aquí no estamos obligando a nadie (a retornar), siempre y cuando coordinemos tanto con el Estado peruano" como con el venezolano que se cumplen con las condiciones para poder viajar, señaló a periodistas el funcionario Jean Carlos Evans.
Los migrantes llevan algo más de dos semanas varados y sin poder cruzar a lado peruano.
Ellos enfrentan el clima inhóspito que caracteriza al desierto de Atacama, uno de los más áridos del planeta, con calor durante el día y frío intenso por la noche. La mayoría de ellos no está equipado para condiciones tan adversas.
Entre los cientos de migrantes atrapados hay familias con niños y personas en situación de alta vulnerabilidad, según han denunciado organismos internacionales, incluida la ONU.
El portavoz del organismo, Stéphane Dujarric, afirmó el viernes que tanto la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) como la Organización Inter-nacional para las Migraciones (OIM) están preocupados por la situación en Tacna, en la que refugiados y migrantes "llevan tres meses varados, en muchos casos sin comida, sin agua, sin refugio y sin atención sanitaria".