Enfrentan condenas a prisión o multas, si no ambas, en caso de ser hallados culpables.
Comienza juicio por escándalo financiero en el Vaticano
Enfrentan condenas a prisión o multas, si no ambas, en caso de ser hallados culpables.
Ciudad del Vaticano.- Un cardenal que habría convencido a un subordinado de que les mintiese a los fiscales. Abogados y agentes que habrían convencido al número dos del Vaticano de que aprobase un desastroso negocio inmobiliario. Una analista que compró artículos de Prada y de Louis Vuitton con dinero del Vaticano que supuestamente debía entregar a rebeldes que tenían a una monja como rehén. Los fiscales del Vaticano han radicado una serie de cargos escandalosos en el juicio penal más grande en la historia moderna de la Santa Sede, el cual se inicia el martes en un tribunal instalado en los museos vaticanos. El otrora poderoso cardenal y otras nueve personas son acusadas de malgastar decenas de millones de dólares donados al Vaticano a través de malas inversiones, acuerdos con empresarios turbios y posibles favores a familiares y amigos. Enfrentan condenas a prisión o multas, si no ambas, en caso de ser hallados culpables. El juicio, que seguramente será aplazado por varios meses después de las vistas del martes y miércoles, es la culminación de una investigación de dos años de una inversión de la Santa Sede en una fallida aventura inmobiliaria de 350 millones de euros. Esa operación expuso los manejos financieros del Vaticano y su deficiente estructura, que permitió que un puñado de personas causasen enorme daño a las finanzas y la reputación del Vaticano, actuando sin ningún tipo de control y en base a conocimientos limitados. Los fiscales plantean que el papa Francisco y sus principales asesores no solo estaban al tanto de algunas de las transacciones, sino que, en algunos casos, las autorizaron explícitamente, sin revisar todos los documentos ni comprender los detalles. Un monseñor hasta hace poco considerado uno de los principales sospechosos, Alberto Perlasca, logró evitar ser imputado. Su oficina manejaba las inversiones del Vaticano de principio a fin y su jefe lo identificó como el principal responsable de tapar el costoso resultado. Los fiscales, no obstante, dijeron que Perlasca se dio vuelta y es un testigo importante de las irregularidades. El año pasado Francisco le mostró a Becciu pruebas de que él había enviado 100.000 dólares del Vaticano a una organización caritativa manejada por un hermano suyo. Francisco se aseguró de que Becciu renunciase como jefe de la dependencia que nombra santos.