El Ministerio de Exteriores de Rusia ha emitido una contundente acusación contra Ucrania, señalándola como presunto responsable del atentado terrorista perpetrado en la sala de conciertos Crocus City Hall, así como de otros ataques en territorio ruso.
En un comunicado oficial, Rusia exigió el arresto y entrega del jefe del Servicio de Seguridad ucraniano, Vasili Maliuk, y otros presuntos implicados en estos actos.
El comunicado ruso destacó que el atentado en Crocus City Hall, reivindicado por Estado Islámico, no es un caso aislado, sino parte de una serie de ataques que apuntan a la implicación de Ucrania.
Por lo que se mencionaron incidentes previos en territorio ruso, incluyendo la muerte de la periodista Daria Duguina y el bloguero Vladlen Tatarski, así como la explosión en el puente de Crimea.
Además, Rusia recordó las víctimas de las incursiones fronterizas del Cuerpo de Voluntarios Rusos, una organización que combate del lado ucraniano.
Subrayó la responsabilidad de todos los Estados en la lucha contra el terrorismo internacional y exigió a Ucrania el cese inmediato de cualquier apoyo a acciones terroristas, la entrega de los culpables y la reparación de daños a las víctimas.
En respuesta, el Servicio de Seguridad ucraniano calificó las demandas rusas de cínicas y sin sentido, destacando que cualquier declaración del Ministerio de Exteriores de Rusia carece de validez.
El SBU mencionó la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional contra el presidente ruso Vladimir Putin, acusándolo del traslado de niños ucranianos a Rusia y añadiendo que "el tribunal de La Haya lo está esperando".
Este intercambio de acusaciones refleja las profundas tensiones entre Rusia y Ucrania, así como la compleja situación política.