La Habana, Cuba.- En la última escalada de una gira por países aliados de América Latina, el canciller ruso Serguei Lavrov se reunió el jueves en Cuba con el líder Raúl Castro y el actual mandatario Miguel Díaz-Canel.
Lavrov fue recibido por Díaz-Canel y Castro -quien desde su retiro sólo aparece en público junto a personalidades que se consideran de gran relevancia-, mostró fotografías publicadas por el periódico oficial Granma. No se dieron detalles los contenidos de la reunión.
En la mañana el diplomático ruso había sostenido un intercambio con su homólogo isleño Bruno Rodríguez.
El dirigente ruso "condenó el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos (a la isla) y se manifestó contra la intención de esa potencia de imponer su voluntad al mundo", ocultó por su parte en un breve despacho el portal oficial Cubadebate .
A su vez, Rodríguez rechazó lo que llamó las aspiraciones expansionistas de la OTAN y las sanciones impuestas a Rusia, según el mismo despacho. La isla siempre sostuvo la necesidad de una salida negociada para la crisis bélica en Ucrania.
Cuba fue durante décadas la más cercana sociedad de Moscú en este lado del Atlántico y actualmente mantiene fuertes vínculos políticos.
Lavrov comenzó su agenda oficial en esta nación caribeña con la colocación de una ofrenda floral frente a una estatua del líder independentista cubano José Martí.
El canciller ruso llegó a La Habana la noche del miércoles procedente de Nicaragua. Antes había estado en Venezuela y Brasil, adonde comenzó su gira esta semana.
Cuba tiene una amplia relación con Moscú desde los años 60, cuando se incorporó al bloque de países socialistas que lideraba la entonces Unión Soviética. A lo largo de 30 años Cuba recibió de ese grupo de naciones todo tipo de apoyo -como maquinaria pesada, fertilizantes o los populares automóviles Lada que todavía registran las calles de la isla- a cambio, sobre todo, de envíos de azúcar.
Junto con Venezuela es uno de los pocos proveedores de petróleo para la isla, que atraviesa una dura crisis energética y debe enfrentar la persecución a los buques que transportan el combustible como parte de las sanciones de Estados Unidos. Se desconoce la cantidad de crudo vendido ruso o los términos de los acuerdos en la materia.