Aunque ocuparon puestos secundarios en la política exterior de Alemania en los 16 años de gobierno de la canciller Angela Merkel, América Latina y el Caribe afrontarán el desafío de aprovechar el cambio de la cúpula gobernante en Berlín para relanzar los nexos de la cooperación alemana en asuntos educativos, económicos, científicos y tecnológicos.
Como receptores de una fuerte inversión económica alemana privada, México, Brasil, Argentina y Chile concentraron en el siglo XX el interés primario de los vínculos de Alemania con América Latina y el Caribe.
El monto acumulado de inversiones privadas de Alemania en México superó los 35 mil millones de dólares, con una generación de unos 500 mil empleos directos e indirectos en unas 2 mil compañías, en especial en los rubros de trasporte, químico, farmacéutico y automotriz, según cifras de la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (Camexa) previas al coronavirus.
En su gestión, que comenzó en 2005 y concluirá este año, Merkel visitó México y Argentina en 2017 y volvió en 2018 a Buenos Aires. La canciller será reemplazada por el partido o la alianza partidista que venza en los comicios federales del domingo y sin que se sepa todavía quién ocupará su cargo. "México tiene una relación importante y, por eso, Merkel le puso mucha atención.
Esa América Latina que produce automóviles, como México, es importante para Alemania. El asunto es cómo lograr que eso siga así", afirmó el diplomático costarricense José Joaquín Chaverri, ex embajador de Costa Rica en Alemania y conocedor a profundidad de las conexiones latinoamericanas y caribeñas con la Unión Europea (UE).
"Alemania es el oxígeno tecnológico que necesitan América Latina y el Caribe. Los vínculos deberán centrarse en el respaldo alemán para impulsar el salto tecnológico en educación y contrarrestar el impacto negativo del coronavirus en el panorama educativo latinoamericano y caribeño", dijo Chaverri. "Hay varias relaciones de Alemania con América Latina y el Caribe.
Muy fuerte la económica con América del Sur: en Brasil, Sao Paulo tiene unas 10 mil empresas alemanas y es muy importante, como Buenos Aires y Santiago. Colombia también por el narcotráfico. Y por supuesto México. Centroamérica siempre ha sido importante por la venta a Alemania de café y banano y, desde Costa Rica, de alta tecnología", explicó.
México, Centroamérica, Colombia y Ecuador "han tenido un impulso de Alemania en la educación dual, que adiestra al trabajador en alta tecnología para que pueda competir en el mundo actual", aseveró.
Con números a 2018 y 2019 y sin medir el efecto del Covid-19 en 2020 y 2021 en el enlace económico en ambas vías, el (no estatal) Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) informó a este diario que las inversiones alemanas en América Latina y el Caribe equivalieron a 2.6% de las inversiones en todo el mundo y el intercambio comercial con el área correspondió a 2.3% del total global de ese país.
"Son cifras muy insignificantes realmente", adujo el abogado argentino Alberto Davérède, director del Comité de Asuntos Europeos del CARI, embajador jubilado y ex consejero legal y ex subsecretario de Política Exterior de la cancillería argentina.