El líder norcoreano, Kim Jong-un, aseguró que la situación económica de su país es "terrible" además de ser una "grave cuestión política".
Kim reprendió a los funcionarios por no querer abordar el tema.
"El hecho de no poder proporcionar satisfactoriamente a la población de las zonas locales las necesidades básicas, incluidos alimentos, se ha convertido en un problema político grave que nuestro partido nunca podrá eludir", expresó.
Enfatizó en la importancia de desarrollar la economía fuera de la capital, Pionyang, mediante la construcción de fábricas modernizadas durante la próxima década.
"Debemos garantizar que se construyan nuevas fábricas industriales regionales modernas en todas las ciudades y condados del país en el futuro", dijo.
Escasez de alimentos, malas cosechas por condiciones metereológicas, han afectado a Corea del Norte en los últimos años.