Este martes, Estados Unidos informó que está buscando desesperadamente un acuerdo diplomático que restaure la calma en la frontera entre el Líbano e Israel, advirtiendo que una guerra allí tendría efectos catastróficos.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, expresó la urgencia de esta medida a su homólogo israelí, Yoav Gallant, durante una reunión en el Pentágono.
"Estamos buscando urgentemente un acuerdo diplomático que restablezca una calma duradera en la frontera norte de Israel y permita a los civiles regresar con seguridad a sus hogares en ambos lados de la frontera entre Israel y el Líbano", afirmó Austin.
La reunión se llevó a cabo en el segundo día de visita de Gallant a Washington, donde también se reunió con el secretario de Estado, Antony Blinken, y el director de la CIA, Bill Burns.
Austin subrayó que otro conflicto entre Israel y la milicia chií libanesa Hezbolá podría convertirse fácilmente en una guerra regional con consecuencias terribles para Oriente Medio.
La violencia en la frontera ha aumentado desde el conflicto en Gaza, que comenzó el 8 de octubre, provocando un intercambio diario de fuego en la línea divisoria.
El secretario estadounidense de Defensa mostró su preocupación por el incremento de ataques por parte de Hezbolá, que ha desplazado a más de 60,000 israelíes y a decenas de miles de libaneses.
Advirtió que las provocaciones de Hezbolá amenazan con arrastrar a ambos pueblos a una guerra no deseada.
Sin embargo, afirmó que Estados Unidos apoyará a Israel en su derecho a la autodefensa y se comprometió a garantizar que Irán nunca obtenga un arma nuclear.
Gallant destacó la importancia de la preparación para enfrentar todos los escenarios posibles, incluso mientras se trabaja en un acuerdo.
Siendo esta la segunda visita de Gallant al Pentágono desde el ataque de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre.
El secretario general de la ONU, António Guterres, también se pronunció, advirtiendo que Líbano no debe convertirse en "otra Gaza" y denunciando la "retórica belicista" de Israel y Hezbolá.
Enfatizó que la desescalada es esencial y que los cascos azules de la ONU están trabajando en la región para evitar errores de cálculo que podrían llevar a una catástrofe inimaginable.