El Vaticano ha implementado medidas de seguridad extremas para el cónclave que comenzará el 7 de mayo de 2025, con el objetivo de garantizar la confidencialidad y el aislamiento de los 133 cardenales electores que elegirán al sucesor del papa Francisco, fallecido el 21 de abril.
Estas medidas abarcan la Capilla Sixtina, donde se realizarán las votaciones, y las residencias de los cardenales, la Casa Santa Marta y el Colegio Etíope.
Medidas en la Capilla Sixtina
Apagón digital: Desactivaron todos los dispositivos electrónicos, incluidas cámaras y sensores instalados para turismo, y se han colocado bloqueadores de frecuencia (jammers) para anular conexiones inalámbricas como WiFi, Bluetooth o redes móviles.
Protección física: Instalaron casi 80 cierres de plomo en los accesos al perímetro del cónclave, y las ventanas del Palacio Apostólico cercanas a la Sixtina serán cubiertas para evitar filtraciones visuales o sonoras.
Tecnología avanzada: Aplicaron películas protectoras anti-drones y anti-láser en los ventanales para bloquear intentos de espionaje remoto, y los servidores informáticos han sido desconectados de internet y reubicados en lugares seguros, como la Biblioteca Apostólica Vaticana.
Preparativos físicos: Se han instalado mesas para las votaciones, una estufa con chimenea para quemar las papeletas (que emitirá humo blanco o negro según el resultado), y un pavimento falso para ocultar cables y equipos técnicos.
También se ha nivelado el suelo y añadido una rampa para facilitar el acceso a los cardenales.
Aislamiento: En la Casa Santa Marta y el Colegio Etíope, se han creado compartimentos con tabiques, puertas provisionales y ventanas selladas para garantizar que los cardenales no tengan contacto con el exterior.
Se han preparado unas 200 habitaciones para los cardenales y sus asistentes.
Restricciones tecnológicas: Los cardenales deben entregar todos sus dispositivos electrónicos (celulares, laptops, relojes inteligentes, etc.) antes de ingresar, y toda comunicación será exclusivamente verbal y presencial. Más de 40 profesiones, incluyendo carpinteros, electricistas, fontaneros y obreros externos, están involucradas en los preparativos.
Un equipo de 12 técnicos (5 electricistas/ascensoristas, 5 fontaneros y 2 logísticos) permanecerá disponible durante el cónclave para mantener los sistemas eléctricos e hidráulicos, todos bajo juramento de discreción.
La Gendarmería Vaticana cuenta con una red de radio encriptada con cifrado militar para comunicaciones de emergencia. Estas medidas responden a la necesidad de proteger el secreto absoluto del cónclave, un principio vigente desde el siglo XIII, frente a amenazas modernas como el espionaje electrónico, drones o interceptación de señales.
El Vaticano busca así un entorno hermético, combinando tradición con tecnología de vanguardia, para asegurar que las deliberaciones y votaciones sean completamente privadas.