El presidente venezolano, Nicolás Maduro, declaró el lunes que el próximo presidente de Estados Unidos, ya sea Donald Trump o Kamala Harris, tendrá la obligación de dialogar y entenderse con su gobierno, a pesar de que Washington no lo reconoce oficialmente.
Durante su programa semanal de televisión, Maduro enfatizó que "gane quien gane" la elección, se encontrará con un "gobierno revolucionario" en Venezuela con el que tendrá que establecer comunicación, "siempre por las buenas".
Maduro hizo estas declaraciones en un contexto de profunda tensión entre Venezuela y Estados Unidos, que no han mantenido relaciones diplomáticas desde 2019.
Fue en ese año cuando Trump desconoció la reelección de Maduro y lanzó una serie de sanciones que buscaban forzar su salida del poder.
Las sanciones incluyen un embargo petrolero estricto, aunque su sucesor, el demócrata Biden, ha flexibilizado algunas de estas debido a la crisis energética derivada de conflictos en Ucrania y Medio Oriente.
El mandatario venezolano ha sostenido que estas sanciones han llevado a su país a una crisis económica devastadora, con una hiperinflación que alcanzó el 344 mil porciento en 2019 y una caída del 99% en los ingresos petroleros. "Fue una hecatombe que buscaba hacerle un daño irremediable, irreversible a Venezuela", afirmó, criticando las políticas estadounidenses que, a su juicio, han llevado a la nación sudamericana al colapso.
Además de las sanciones impuestas por EU, la reelección de Maduro no es reconocida por la Unión Europea ni por varios países de América Latina.
La oposición venezolana ha denunciado irregularidades durante los comicios, afirmando que se impuso en las elecciones a pesar de las acusaciones de fraude que rodean el proceso electoral.