palabra", fustigó el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, en un acto oficial. "No tenga palabra con lo que se empeñó y alegue su propia torpeza y su propia cobardía para tratar de salvar yo no sé qué".
El chavismo divulgó una carta en que González Urrutia se compromete a "acatar" el fallo de la corte suprema que certificó la cuestionada reelección del gobernante izquierdista para un tercer mandato consecutivo en los comicios del 28 de julio. No obstante, el opositor asegura que lo hizo bajo "coacción" para poder abandonar el país, desatando un torbellino político que sacudió también a España.
La reelección de Maduro, proclamada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado de servirle, no ha sido reconocida por Estados Unidos, la Unión Europea y buena parte de los países de América Latina, en medio de denuncias de fraude de la oposición liderada por María Corina Machado.
El Parlamento Europeo incluso lo reconoció este jueves como "presidente legítimo" de Venezuela, lo que el legislativo venezolano tachó de "nefasta agresión". La Unión Europea, no obstante, se abstiene de designar a González como "presidente electo".
"Siento pena ajena por el pataruco", siguió Maduro resucitando el apodo que le impuso en la campaña, referido a un gallo que no sirve para pelea. "Al final resultó pataruco (...). González Urrutia, nadie puede alegar su propia cobardía y su propia traición a sus seguidores en defensa propia".
El opositor pasó un mes en la clandestinidad antes de pedir asilo en España, tras una orden de captura en su contra.
Llegó a Madrid el domingo 8 de septiembre después de suscribir la carta de su supuesta autoría dirigida al presidente del Parlamento, el poderoso dirigente chavista Jorge Rodríguez.
"Siempre he estado y seguiré dispuesto a reconocer y acatar las decisiones adoptadas por los órganos de justicia en el marco de la Constitución, incluyendo la precitada sentencia de la Sala Electoral (del Tribunal Supremo de Justicia), que aunque no la comparto, la acato por tratarse de una resolución del máximo tribunal de la República", según el texto, que contenía un compromiso "de confidencialidad" de las partes.
Rodríguez explicó que la divulgó ante la actividad política del diplomático en el extranjero, cuando en el documento se comprometía a bajar el perfil.
"O (la) firmaba o me atenía a las consecuencias", argumento, en cambio, González Urrutia. Este jueves publicó un comunicado en el que precisó que no fue coaccionado "ni por el gobierno de España ni por el embajador español en Venezuela, Ramón Santos".