El Congreso de los Estados Unidos aprobó en la madrugada del sábado una ley de presupuesto destinada a financiar las agencias federales hasta septiembre, evitando así una parálisis parcial de las actividades del Gobierno.
A pesar de que el Senado rebasó el plazo establecido a medianoche del viernes, logró llegar a un acuerdo entre demócratas y republicanos para votar el presupuesto por un monto de 1.2 billones de dólares, luego de que la Cámara de Representantes aprobara el plan.
Chuck Schumer, líder de la mayoría demócrata, expresó: "No fue fácil, pero esta noche nuestra perseverancia ha valido la pena. Es bueno para el pueblo estadounidense que hayamos llegado a un acuerdo bipartidista para terminar el trabajo".
Estas maniobras de última hora reflejan el caos imperante en el Congreso estadounidense, que a lo largo del año pasado destituyó a uno de los líderes de las cámaras, no logró acordar un nuevo paquete de ayuda para Ucrania y evitó por poco la quiebra de la principal economía mundial.
Este presupuesto, en pleno año electoral, fue objeto de un largo enfrentamiento entre el partido del Presidente demócrata Joe Biden y los republicanos. Aunque finalmente se alcanzó un acuerdo sobre el texto propuesto por los negociadores de la Casa Blanca y del Congreso, revelado el miércoles por la noche, fue criticado de inmediato por congresistas republicanos afines al ex Presidente Donald Trump, quien se enfrentará a Biden en las elecciones de noviembre.
El viernes por la mañana, la votación sobre el presupuesto del Estado federal en la Cámara de Representantes también tuvo su dosis de emoción, cuando la congresista republicana Marjorie Taylor Greene presentó una "moción" para destituir al presidente de la Cámara, el republicano Mike Johnson, a quien acusa de "traición al pueblo estadounidense".
Aunque Greene no fijó un calendario para el voto de destitución, lo calificó más bien como una "advertencia", generando una notable conmoción política en Washington.